Entrevista / Germánico Pinto / exfuncionario del Municipio de Quito
"Siento que hay un grado de improvisación"
El exgerente de la empresa de obras públicas municipal, Germánico Pinto, cree que las críticas a la Solución Vial Guayasamín nacen de la falta de una visión de ciudad e improvisación de la Alcaldía de Quito.
¿Por qué no conviene un paso elevado en la Plaza Argentina?
Lo que se pretende hacer es un conjunto de estructuras para facilitar que el tráfico que viene del túnel no se detenga en la plaza. Pero para cualquier lado que vaya (6 de Diciembre, Almagro, De Los Shyris) tengo semáforos a pocos metros. Evito que los vehículos se detengan en la plaza y en poco tiempo están en una zona céntrica. Por tanto, no resuelvo el problema.
¿Qué problemas trae un paso elevado?
Esas soluciones ya no se hacen en el mundo. Es más, las ciudades que se aventuraron a hacer autopistas elevadas, las están transformando en parques, cuando no las están destruyendo. Los pasos elevados son exclusivamente para vehículos. Crean un impacto visual fuerte en la zona. Y las partes bajas son obscuras y tienden a tugurizarse como ocurre en Quito en la av. Pichincha y el Guambra.
¿Es posible integrar al transporte público en el proyecto?
Decir, como lo ha hecho el Alcalde (Mauricio Rodas) “va a haber transporte público” ya es una forma irresponsable de hablar. Hasta hoy no sé cómo lo van a hacer. El otro día oí a un concejal decir en la radio que los buses de las parroquias van a ocupar el carril exclusivo de la Ecovía e ir a la Marín. Pero esos buses tienen puertas a la derecha y todo lo que circula por la Ecovía tiene puerta a la izquierda. Entonces, ¿vamos a subvencionar a los transportistas para que cambien sus unidades? ¿Vamos a integrar a los buses interparroquiales a las paradas de la Ecovía, generando un transporte integrado con un solo pasaje?
¿A qué se debe esta falta de definiciones?
Siento que hay un grado importante de improvisación. Me parece que el debate sobre qué cosa hacemos en Quito, qué soluciones damos a los problemas de la ciudad es un debate totalmente válido, necesario. La situación es que hacer eso es una cosa; improvisar al apuro es otra cosa. Y me parece que lo que estamos viviendo ahora es eso. Se está debatiendo, pero ya está firmado el contrato.
¿Es realista pedir que se aplace o detenga el proyecto?
Todo se puede. Todo depende de la autoridad que tenga el Municipio. De la capacidad de sentarse en una mesa y decir: “Señores, la ciudadanía me pide que esto va de otra manera o no va”. (I)