En el Valle de los Chillos, al suroeste de Quito, se encuentra el barrio San Nicolás. Este lugar se caracteriza por la preparación del delicioso hornado y por el cultivo del maíz chillo, planta de donde proviene el nombre del valle.

San Nicolás perteneció a las haciendas Santa Rosa, Horijuela, Santa Clara, San Nicolás y La Carriona cuya principal actividad económica fue la producción agrícola.

Los moradores de San Nicolás son solidarios y participativos. Cuando realizan mingas la mayoría participa, no importa la edad y la condición social. Los vecinos se autodenominan como un barrio unido.

María Llumiquinga, de 91 años, moradora del lugar, recordó que en su niñez, junto con su padre, cosechaban algunos productos de la hacienda La Carriona y los llevaban al molino.

Dijo sentirse sorprendida por los avances que tiene su barrio, pues ahora cuenta con un cementerio, una iglesia y con la Unidad de Policía Comunitaria (UPC).

San Nicolás tiene varios atractivos naturales, entre ellos, su río, considerado como un sitio de diversión familiar. Llumiquinga contó que, en el pasado, en el río nadaban peces, conocidos como preñadillas, que eran parte de la dieta de las familias del barrio.  

Lucía Criollo, de 50 años, vecina del sitio, considera que el mejor lugar del barrio es el río. “Cuando éramos niños en río lavábamos la ropa, nos bañábamos, jugábamos y las preñadillas eran deliciosas”.

Criollo recordó que algunas historias de misterios son parte de la tradición del barrio y el río. La más conocida es la de 2 espíritus juguetones que arrojaban al agua a las personas que caminaban a altas horas de la noche por el borde del afluente.

El río se mantuvo limpio por más de 70 años, posteriormente, con el crecimiento de la industria láctea y ganadera el agua del afluente se contaminó con los residuos de las fábricas. Además, los moradores botan basura en las orillas. (I)