Indignación sienten activistas de derechos humanos, como Pedro Restrepo, por el retiro del Monumento a los Desaparecidos del parque El Arbolito (centro-norte de Quito), en donde permaneció 19 años.

La escultura, de la artista Dolores Andrade, no está desde julio en el parque quiteño, según moradores del sector. El Municipio de Quito la habría retirado por los trabajos que se realizan en el parque para la Conferencia Hábitat III, que será del 17 al 20 de octubre en el país.

La obra, que se levantó en julio de 1997,  fue un homenaje a las víctimas de delitos de lesa humanidad y genocidio, entre ellos en memoria de los hermanos Restrepo, además de Gustavo Garzón, Consuelo Benavides, Jaime Otavalo, entre otros.

Por ello, Restrepo, quien perdió a sus hijos Santiago  y Andrés el 8 de enero de 1988 (gobierno de León Febres-Cordero) considera que la separación de la obra es una ofensa. “Nos queda la duda de que hubo una acción deliberada de borrar de la memoria todo lo que pasó en el país en violación de los derechos humanos, especialmente en el tiempo de León Febres-Cordero”.

Recordó que el alcalde de Quito, Mauricio Rodas, es de “origen socialcristiano”, ya que perteneció a las juventudes de la organización. Cree que a los integrantes del partido les interesa borrar todo tipo de atropello que se cometió en el período de Febres-Cordero. “(Jaime) Nebot es consciente de que dos veces que quiso subir a la presidencia de la República no pudo, porque pesó el caso de los niños Restrepo”. Por ello considera que el derribo de la obra no fue casual. “No creo que la persona que tenga lo mínimo de sensibilidad va a derribar un monumento de derechos humanos sin consultar a las organizaciones ni al artista, ni a las personas que hicieron todo para que sea una realidad”.  

Calificó el hecho como una “grosería” y una “afrenta no solamente a los afectados, sino también a la sociedad que repudia estos actos”.

Este criterio compartió el activista Fausto Dután, quien integró el comité de organizaciones sociales en 1997, en la administración del alcalde Jamil Mahuad que promovió la creación del monumento en memoria de los desaparecidos. Ese grupo estuvo integrado por los periodistas Diego Oquendo; Marcelo Cevallos, de la Unión Nacional de Periodistas (UNP), Pedro Restrepo y el escultor Guido Díaz.

Dután contó que en aquella época se convocó a la ciudadanía a entregar llaves, que ya no se usaban y se fundieron para construir las rejas de la escultura. Para levantarla, recordó que hubo un concurso público, en donde participaron 16 escultores, entre ellos el Colegio de Arquitectos de Pichincha. Al final, Andrade ganó. “Este señor alcalde no tiene la mínima idea de lo que fue ese proceso de persecución, desaparición de los hermanos Restrepo porque no estaba en el país, dudo que haya conocido las razones de por qué se construyó el monumento”, dijo.

A criterio de Dután, hay una “actitud de total ignorancia y falta de respeto al mandar a derrocar un monumento que tiene historia. Me siento afectado y rechazo la actitud del alcalde”, y por ello no descartan movilizaciones de protesta.

La artista Dolores Andrade envió el pasado 22 de agosto una comunicación a la Alcaldía, en donde condenó el hecho.

Personal del Municipio llamó el lunes tanto a Restrepo como a Andrade para disculparse por el retiro de la obra. Con la artista tenían prevista una reunión ayer. A Andrade le interesa saber en dónde está, sobre todo cuando insiste en que la escultura no tenía piezas desarmables y que para sacarla, la única alternativa era derrumbarla. El Cabildo, en un boletín de prensa, informó que el monumento fue retirado temporalmente por Hábitat III. Una vez finalizados los trabajos de restauración, las piezas serán devueltas con la intervención de la artista. (I)