El argentino Julio Cortázar nació en Bruselas en 1914 y murió en París en 1984. Tuvo la influencia de Jorge Luis Borges para escribir la primera de sus series de relatos breves Bestiario.

La literatura de Cortázar parte del cuestionamiento vital, cercano a los planteamientos existencialistas, en obras de marcado carácter experimental, que lo convierten en uno de los mayores innovadores de la lengua y la narrativa castellana.

Como Borges, sus relatos ahondan en lo fantástico, aunque sin abandonar por ello el referente de la realidad cotidiana, por lo que sus obras tienen siempre una deuda abierta con el surrealismo. De ahí que su narrativa constituya un permanente cuestionamiento de la razón y de los esquemas convencionales de pensamiento.

La aparición de Rayuela en 1963 fue una verdadera revolución, pues, por primera vez, se transgredía el orden tradicional de una historia y el lenguaje para contarla.

De ese modo, Cortázar rompió con la obligación de terminar un libro cuando se acaban las páginas, y leemos sin saber cuándo vamos a terminar la historia.

En cada capítulo es posible hallar una discusión, la descripción de una calle de París, una charla en el Club la Serpiente, entre otras escenas.

El resultado es un libro único, abierto a varias lecturas, lleno de humor, de riesgo y de un Julio Cortázar enamorado de Buenos Aires y París.

La historia cuenta el amor turbulento entre Oliveira y La Maga, el Club de la Serpiente, las caminatas por París y Buenos Aires.

Leer Rayuela es escuchar jazz y tangos, tomarse unas copas o unos mates entre cigarrillos; hablar de infinidad de libros, compadecer a algunos personajes y detestar a otros; es conocer a Julio Cortázar, es enamorarte del desorden de La Maga, enamorarse de la filosofía de Horacio, imaginarse a Rocamadur dormido, vivir.

Es un clásico al alcance de todos y que de seguro no los defraudará.

Creo que Rayuela es una obra completa, es una guía de París. Es inacabable fundamentalmente porque es una novela obsesionante, compleja, apasionante y, sobre todo, imposible de olvidar. (O)