Con un gran show mediático el alcalde Mauricio Rodas anunció en mayo de 2015 la construcción del proyecto Quitocables.

El barrio La Argelia, en el sur de la ciudad, fue el escenario del evento porque allí se levantaría una de las 4 líneas del proyecto. Desde allí los moradores se conectarían con los barrios Solanda y Mena 2.  

Han pasado 297 días desde el anuncio y en La Argelia solo se han realizado obras preliminares como la readecuación de las canchas y jardines. Con ello también fueron removidos los rótulos que anunciaban la construcción del proyecto.

En mayo del año pasado, con el mismo entusiasmo, Rodas también anunció la construcción de la ruta Pisulí y La Roldós con la Ofelia, en el norte. El espacio destinado para la infraestructura está deshabitado.

Los estudios de las rutas San Juan-Toctiuco-El Tejar, en el centro,  y hacia los Valles tampoco concluyen y se prevé que la línea de La Argelia se conecte con  Sangolquí.

Para el concejal Carlos Páez, de Alianza PAIS (AP), el proyecto requería de una planificación previa, tal como lo indican los manuales de gestión y prácticas públicas.

En ese sentido, considera que un  proyecto surge de una identificación de la necesidad para luego pasar al diseño conceptual y a los análisis técnicos, financieros, legales y de factibilidad.  

En un análisis difundido el jueves por Páez, señala que el proyecto de Quitocables cuenta con estudios preliminares y considera que Rodas se apresuró al anunciar la colocación de la primera piedra en La Argelia. “Los proyectos preliminares no permiten definiciones concretas para un diseño definitivo”.

Desde entonces, afirma el edil, se han efectuado 11 contratos y consultorías por un total de $1,3 millones a través del Sistema de Contratación Pública (Sercop).

Uno de ellos está a cargo de la consultora Arias & Villagómez, contratada por el Cabildo y que señala que los estudios realizados hasta el momento son preliminares, mientras que el único estudio definitivo es el geológico. “La consultoría mencionada establece que los estudios encargados por el Municipio presentan una dispersión en cuanto a los criterios utilizados para el análisis. Esta dispersión se genera debido a que los estudios han sido elaborados por diferentes consultores y en diferentes períodos de tiempo y carecen de orden en el proceso de planificación”, escribió Páez.

Ese desfase de tiempo y orden  en los estudios para la construcción de los Quitocables haría imposible establecer aún la demanda de pasajeros, los costos de inversión, los indicadores financieros de operación y las características que definirían el valor del pasaje.  

De ahí que el ofrecimiento del alcalde de empezar la obra en el segundo semestre de 2016 no tiene fundamento, apuntó el edil,  pese a que la planificación de la Empresa Metropolitana de Obras Públicas, ente encargado del proyecto, señala que en diciembre de este año habría un avance del 30% en la construcción de una de las líneas. (I)