Tras la suspensión de la Feria Jesús del Gran Poder, por decisión de la empresa Citotusa, las pérdidas económicas alcanzarían los 16 millones de dólares, a decir del concejal Pablo Ponce, de la Comisión Taurina del Municipio. Las cifras reales solo se conocerán cuando concluya la agenda de Fiestas de Quito, pese a que el evento taurino no estaba contemplado por estar a cargo de una empresa privada.

En los alrededores de la Plaza de Toros, ubicada sobre la avenida Amazonas y Tomás de Berlanga, en el norte de Quito, los propietarios y dependientes  de los locales comerciales hacen sus propios cálculos. Luis Andrade, trabajador de Zalethy, una tienda que ofrece botas de cuero, estima que la empresa dejará de vender entre 10 mil y 20 mil dólares con la cancelación del evento. “Hicimos un gran pedido de botas  para vender durante la Feria, porque  es la fecha en que más se expende el producto”, expresó.

En el tramo comprendido entre la avenida Río Coca y Tomás de Berlanga se ubican al menos 25 locales comerciales  que ofrecen una variedad de productos: ropa, comida y accesorios de autos.

Los negocios que se verían más afectados son los de comida, porque -según explicaron varios  administradores- durante la Feria de Quito numerosos peatones acuden al sector, entonces se preparan los mejores platillos para los amantes de la tauromaquia. “Con la cancelación del evento, el sector se quedará desolado todo diciembre”, manifestó Daniel Giraldo, del restaurante Las Palmeras.

Pero no solo los grandes comercios se afectaron. María Quishpe, quien vende caramelos en la esquina de la calle Amazonas y Tomás de Berlanga, esperaba que llegue la Feria Jesús del Gran Poder para recaudar, al menos, 500 dólares como cada año.

Esta vez esos ingresos estaban destinados al arreglo de su casa, pero ahora no sabe cómo obtendrá esos recursos. “Estoy enferma y no tengo un trabajo fijo, solo esperaba esa fecha para ganar algo extra de dinero. Este año la feria iba a estar más concurrida porque había una buena cartelera”, comentó.

Otro sector que también siente ya los estragos de la ausencia de la Feria son los vendedores autónomos, a quienes la Comisión Taurina ofreció trasladarlos a la Plaza Belmonte. “No es lo mismo, una plaza tiene capacidad para 15 mil y otra solo para 3 mil, no hay comparación; pero hay que intentar vender algo, aunque vamos a estar amontonados todos”, sostuvo  Luis Guamán, comerciante de comidas.

Pero no todos los locales comerciales de los alrededores de la Plaza de Toros se sienten afectados por la suspensión. Aquellos que venden vehículos, artículos eléctricos, accesorios automotrices, lavadoras de autos y otros, en cambio, se benefician.

Walter Jácome, propietario de un local de accesorios, relató que durante la Feria Jesús del Gran Poder la avenida se cierra al tránsito vehicular, lo que le obligaba a cerrar su negocio. “Durante 15 años he tenido que tomar vacaciones obligadas, pero este año voy a trabajar”.

Mientras tanto, la devolución del dinero a quienes adquirieron entradas sueltas o abonos se realiza sin novedad. Simultáneamente la Comisión Taurina del Municipio evalúa las condiciones de la Plaza Belmonte, ubicada en San Blas, para que sea el escenario de la fiesta brava.