Édgar Remache, taxista desde hace 20 años, asegura que invirtió $ 270 por el taxímetro homologado y con facturador hace unos 8 meses.

Los taxímetros y los neumáticos son los únicos elementos necesarios para ese trabajo a los que el Ministerio de Comercio Exterior incrementó los aranceles de importación. La tasa llega en el primer caso al 15% y al 25%, en el segundo. Fueron excluidos los repuestos de vehículos, lubricantes y combustibles.

No obstante, un comunicado del Municipio de Quito señala que “las decisiones tomadas por el Gobierno Nacional en relación con las sobretasas arancelarias influyeron en el curso de los diálogos”, en alusión al acuerdo para elevar las tarifas entre la Alcaldía y el ‘gremio amarillo’.

Remache coincide con esa visión: “La subida de los impuestos empeorará nuestra situación (de los taxistas), pues tenemos las tarifas congeladas hace 13 años”.

Incluso cree que los valores anunciados: $ 0,50 el arranque, $ 0,40 el km recorrido, $ 0,10 el minuto de espera, $ 1,45 la carrera mínima diurna y $ 1,75 la carrera mínima nocturna son insuficientes.

Esto a pesar de que el conductor dice que gasta en cambio de llantas “alrededor de una vez al año y no todas al mismo tiempo” (reutilizan los neumáticos en mejor estado) y que la inversión en el taxímetro es prácticamente para toda la vida.

Según Remache, el combustible es su mayor gasto ($ 12 diarios). El cambio de aceite lo hace cada 2 meses ($ 25) y compra repuestos cuando hay algún daño.

Por su parte, la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador (FEUE-UCE) no descarta movilizaciones. Carlos Muñoz, titular del organismo, considera que la decisión del alcalde Mauricio Rodas responde a un acuerdo político electoral con el gremio del taxismo en contra del interés público. Según sus cálculos, la elevación de la tarifa afectaría al 60% de los estudiantes.

Por otro lado, dijo que pidieron una reunión con Rodas para plantearle la idea de una tarifa preferencial para universitarios en el transporte urbano.