La loma del Itchimbía encierra tradición y cotidianidad

Sobre el extremo oriental del Centro Histórico se levanta el cerro Itchimbía, cuya cumbre se eleva unos 910 metros por encima de la ciudad.

Una zona de la parte superior de la colina forma, en la actualidad, un gran parque urbano, bautizado con el nombre de la elevación sobre la que asienta.

Un sector del parque es ocupado por el Centro Cultural Itchimbía, conocido popularmente como ‘El Palacio de Cristal’ debido a sus características arquitectónicas.

El centro fue construido con la estructura metálica del antiguo mercado de Santa Clara, cuyas piezas fueron trasladadas una por una desde el sector de San Francisco.

Allí se realizan exposiciones, ferias, festivales de música y reuniones sociales.

Loma abajo, el tradicional barrio La Tola se riega por la falda occidental de la elevación hasta desembocar en el sector de La Marín.

El Itchimbía fue en la época aborigen un lugar de asentamiento continuo de grupos humanos.

Durante la época de las ocupaciones quitu e inca se dedicó este espacio para la adoración de los dioses, con énfasis en el sol o Inti durante ese último período.

Ya durante la época colonial, la colina fue una de las barreras naturales de la ciudad española de Quito durante varios siglos, en los que el lugar era utilizado como sitio de caza y de entrenamiento militar.

En la década de 1920, el historiador, arqueólogo y político Jacinto Jijón y Caamaño descubrió en la colina una tumba preincaica con un rico ajuar funerario que incluía una máscara de oro y narigueras.

En 1997, durante los trabajos de adecuación del terreno para convertirlo en parque, el Fondo de Salvamento (Fonsal) del Municipio halló en el extremo nororiental varias ofrendas que fueron datadas en el llamado Período de Integración de la prehistoria ecuatoriana.

Este descubrimiento confirmó los estudios realizados por Jijón, el primer alcalde de Quito elegido por votación popular (1946-1947). (I)