La incertidumbre prevalece en las áreas de influencia del Cotopaxi
El volcán Cotopaxi, de 5.897 metros sobre el nivel del mar y ubicado en la provincia a la que da nombre, mostró signos de reactivación en abril de 2015.
Esto es, 138 años después de que ocurriera su última erupción en junio de 1877, cuando afectó a Latacunga, Salcedo, el valle de los Chillos y parte del Oriente ecuatoriano.
Los lahares llegaron hasta el océano Pacífico y se reportaron efectos hasta el Amazonas.
El Cotopaxi es considerado uno de los volcanes más peligrosos del mundo debido a su estilo eruptivo y a su inmensa cobertura de glaciar.
Causa temor, sobre todo, por la cantidad de poblaciones asentadas en zonas de riesgo, las que de producirse una erupción recibirán algún tipo de impacto.
Esto incluye afectación económica para el país por cuanto las zonas de riesgo son extensas áreas productivas de recursos agrícolas, ganaderos, florícolas e industriales y se hallan extendidos en sus zonas de influencia los usos del suelo para vivienda y educación.
Las poblaciones cercanas no tomaron en cuenta el riesgo al momento de establecerse, por lo que en estos momentos se siente la incertidumbre al no saber qué pasará con las pertenencias e incluso con las propias vidas de los habitantes.
Muchas personas corren el riesgo de perderlo todo, especialmente en el sector rural, donde se vive de la agricultura, ganadería.
En caso de que se produjera un evento volcánico de grandes proporciones, afectará no solo a la economía del país, sino que aparecerían enfermedades que pondrían en riesgo a la población.
Un ejemplo del poder de la naturaleza es el evento del 14 de agosto de 2015, cuando se produjeron explosiones en el volcán Cotopaxi que cubrieron de ceniza a varios sectores del país llegando incluso hasta el Océano pacífico.
Estos episodios causaron temor en las zonas de riesgo, mientras que para otras personas constituyeron un espectáculo natural digno de observarse y documentarse. (I)
