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El Telégrafo
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Los dirigentes reclaman que algunas obras no han sido concluidas. Ese sería el caso del adoquinamiento de la vía principal

Guayllabamba espera obras desde 2014

La parroquia Guayllabamba se encuentra al norte de Quito. Sus habitantes aseguran que requieren obras básicas como vías, agua potable y sistema de alcantarillado.
La parroquia Guayllabamba se encuentra al norte de Quito. Sus habitantes aseguran que requieren obras básicas como vías, agua potable y sistema de alcantarillado.
Foto: Álvaro Pérez/ El Telégrafo
11 de junio de 2016 - 00:00 - Redacción Quito

La parroquia Guayllabamba se ubica a unos 30 minutos de Quito. El poblado se caracteriza por su clima cálido, su producción agrícola y su vocación turística.

El sismo que sacudió a la ciudad en agosto de 2014, afectó particularmente a la parroquia, pues una serie de deslaves en la vía Panamericana la aislaron por varios meses, generando problemas económicos.

Esta afectación se suma al abandono en el que se encuentra sumida la población desde hace 2 años, según indicó Luis Guaytarilla, presidente de la Junta Parroquial, quien dijo que la intervención municipal en la zona ha sido limitada.

“El Municipio duplicó nuestro presupuesto para 2015 para paliar los problemas que teníamos en la parroquia. Se acordó que con ese presupuesto, más una contraparte del Cabildo, se construiría el proyecto Casa Somos, pero esa obra aún no se ejecuta. Hay problemas con el lugar donde se levantaría la edificación, pues el terreno —que le pertenece al Municipio— no cuenta con escrituras”, dijo Guaytarilla.

Líderes de la comunidad de Guayllabamba han mantenido reuniones con Boris Mata, representante de la Administración Eugenio Espejo, con el fin de obtener una solución al problema legal de ese espacio, pero aún no obtienen una respuesta efectiva.

Otros predios de propiedad municipal tienen conflictos de escrituración en la parroquia. Un ejemplo es el lote en el que actualmente se encuentra la estación de bomberos.

Allí, el Gobierno Autónomo Parroquial (GAD) preveía construir un centro de acogida para el adulto mayor e incluso contaba con prepuesto para ejecutar el trabajo. Pero al no estar legalizado el espacio, la obra no ha podido ser implementada.

Otros proyectos que están detenidos son las construcciones de casas comunales para los barrios.

Estas obras constituyen un arrastre de obras de 2015. Guaytarilla indicó que las casas comunales no se podrán ejecutar, puesto que los terrenos no cuentan con documentación y el Municipio tampoco agilita los procesos de escrituración de estos.

La construcción de una bodega y una oficina en el mercado de Guayllabamba es otra obra que la junta no puede desarrollar. Aunque en este caso los terrenos cuentan con escrituras, el Cabildo no da la habilitación para ejecutar el trabajo. Los moradores esperan que hasta agosto se concreten las obras pendientes del año anterior.

En total, Guayllabamba requiere la regularización de 18 espacios públicos para que la junta parroquial pueda realizar las obras previstas en dichos lugares.

Guaytarilla añadió que hace 2 años la Empresa Municipal de Obras Públicas bacheó la av. Simón Bolívar, el ingreso principal a la parroquia. Y desde entonces, la entidad no ha desarrollado otras obras viales en el sector. 

“La Alcaldía prácticamente se olvidó de las parroquias rurales [...] Desde el primer día que empecé mi administración solicité a la empresa obras, pero hasta el momento no dan una respuesta efectiva a nuestras inquietudes”.

El líder parroquial señaló que el bacheo de las calles de la parroquia ha sido ejecutado con el presupuesto y la maquinaria de la junta. Otro problema, denuncia, es que del trabajo realizado por el Municipio en 2014, falta por concluir entre el 15% y el 20%; entre estas obras inconclusas está la colocación de adoquines en la calle principal.

Una de las medidas por la que ha optado el Gobierno parroquial es realizar las obras con su presupuesto. No obstante, el Municipio no facilita ese trabajo. Un ejemplo es que el organismo comunitario planteaba el mejoramiento de la calle principal del barrio San Francisco y para ello se solicitó a la administración capitalina la medición y el trazado vial de dicha calle.

Los moradores del barrio señalaron que la respuesta a su pedido por parte de la administración municipal es que la calle es privada. Los vecinos lo niegan y aseguran que esta ha sido propiedad pública desde los años sesenta.

Hasta ahora, la Alcaldía ha realizado obras como colocación de alcantarillado (8 kilómetros), la construcción de aceras y bordillos; además, se construyó un muro de contención que, según la junta, beneficia a personas particulares. Entre tanto, 2 proyectos de agua potable aún se encuentran en estudios.

Por otro lado, el Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) intervino la iglesia y el parque. Mientras que con el presupuesto del año 2016, el GAD espera que el Cabildo realice obras prioritarias.

Una situación generalizada

Durante las últimas semanas, Diario EL TELÉGRAFO ha publicado una serie de entregas sobre los problemas que atraviesan las parroquias rurales del Distrito Metropolitano de Quito (DMQ).

Estas se refieren básicamente a la falta de obras en las poblaciones ubicadas en los valles de Tumbaco y Los Chillos. Funcionarios municipales se han reunido con representantes de las zonas mencionadas, sin que las explicaciones de los primeros los satisfagan. (I)

Parroquias rurales exigen respuestas

Los representantes de las juntas parroquiales rurales de Quito se reúnen, desde enero, con representantes de la Alcaldía para analizar posibles soluciones ante la falta de ejecución de obras.

Los funcionarios han señalado que las parroquias no cuentan con un presupuesto determinado y que las obras se ejecutan de acuerdo con su prioridad. Según informes llegados a la Comisión de Desarrollo Parroquial, durante el primer semestre del año se han realizados particularmente obras básicas de mantenimiento como podas técnicas, colocación de juegos infantiles, etc.

Las parroquias solicitan que se ejecuten obras prioritarias para sus territorios, pues muchos de los proyectos se arrastran desde 2014. En la práctica, esto significa que obras previstas para 2014 se ejecutaron en 2015 y algo similar ocurre entre el año pasado y el presente.

Durante los últimos 2 años, los presupuestos participativos que se asignan a barrios y parroquias para obras convenidas con los propios habitantes se redujeron.

Hay quejas de la inexistencia de un Plan Operativo Anual para las parroquias. A partir del 26 de enero, se realizan mesas de trabajo con dirigentes de las 33 parroquias rurales capitalinas en búsqueda de consensos, los cuales aún no llegan. (I)

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