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Ecuador, 27 de Septiembre de 2024
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En el Eugenio Espejo la enseñanza se basa en las ideas de su 'patrono'

El colegio Eugenio Espejo se ha convertido en uno de los planteles estatales más emblemáticos de la capital ecuatoriana.
El colegio Eugenio Espejo se ha convertido en uno de los planteles estatales más emblemáticos de la capital ecuatoriana.
Foto: Archivo / El Telégrafo
26 de marzo de 2016 - 00:00 - Johanna Cardoso. Colegio Eugenio Espejo

Los aportes de Eugenio Espejo en distintos ámbitos del conocimiento contribuyeron al pensamiento social ecuatoriano.

Por ejemplo, en el escenario de la medicina elaboró una reflexión histórica sobre las enfermedades contagiosas, realizó un cuadro exacto de las costumbres y condiciones sanitarias de Quito, dando una respuesta objetiva y científica a la causa de las enfermedades que afectaban a los habitantes de la ciudad.

Espejo realizó una obra inmensa cuyos beneficios abarcan aspectos literarios, educativos, científicos, políticos, sociales, etc.

En el aspecto literario es uno de los grandes exponentes de las letras ecuatorianas. La primera obra de Espejo fue El Nuevo Luciano, título inspirado en el filósofo latino Luciano; en este refleja su vasta erudición en lo que respecta a la literatura, ciencias y artes; incluyó muchas observaciones referentes a las costumbres de la colonia.

Fue autodidacta, lector voraz, alcanzó las luces necesarias para pensar en el hombre y en sus posibilidades transformadoras. Incomprendido por sus obras que son el reflejo de su inteligencia.

Espejo debe ser emulado por la Juventud y alcanzar las cumbres del pensamiento.

Sobre la base de sus aportes se crea el Colegio Eugenio Espejo, un espacio de aprendizaje para niños y jóvenes de la ciudad de Quito.

Sarita Abalco, estudiante de 8º señaló que ser parte de la institución ha sido maravilloso, pues ha pasado momentos muy bonitos.

Allison Benalcázar, de 2º de ciencias, mencionó que los nuevos cambios fueron fructíferos, aunque al inicio no podía adaptarse a las reglas y normas de la institución. Sin embargo, se siente cómoda gracias a la compañía de amigas.

Susana Lascán, estudiante de bachillerato, señala que en su colegio se han perdido costumbres: “No existe la pasión que había antes por parte de las alumnas; ahora los estudiantes solo desfilan el uniforme sin sentir la importancia que ello conlleva”. (I)

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