Susana Cevallos (52 años) se preguntaba ayer qué ocurrirá este sábado en el espacio público, cerrado desde el 16 de octubre por orden de la Fundación Museos de la Ciudad del Municipio capitalino.

Cevallos se convirtió en una asidua visitante del sitio desde que fue abierto, el 25 de enero de este año, en el predio que ocupaba la terminal terrestre capitalina.

Por ello, la vecina del barrio San Sebastián sabe que los fines de semana el número de personas que acuden aumenta con respecto al de los días laborales. “No va a haber cama pa’ tanta gente”, bromeó la mujer, en referencia a que el lugar reinició, el martes pasado, algunas actividades al aire libre y la práctica de ajedrez en una pequeña sala de la segunda planta de la edificación de 15 mil m².

El resto de la estructura permanece cerrado luego de que se detectaron filtraciones de agua en la terraza, las cuales provocaron desprendimientos de pedazos del cielo raso en algunos sectores.

En la parte alta de la edificación, parches de plástico cubren las zonas en donde se habrían producido los problemas.

Funcionarios del parque consultados por EL TELÉGRAFO aseguraron este viernes desconocer una fecha probable para que las actividades del espacio público vuelvan a la normalidad.

El alcalde Mauricio Rodas confirmó ayer en una declaración a la prensa que aún no existe una fecha prevista para la reapertura.

La autoridad señaló que el Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP), encargado de supervisar la construcción del lugar, continúa la evaluación integral de la estructura para detectar los posibles problemas.

Desde esta semana, además del ajedrez, se puede practicar bailoterapia, crossfit y defensa personal. También, hay actividades para adultos mayores, un taller de manualidades con fomix y de lectura.

Sin embargo, la mayoría de actividades se desarrolla desde los lunes hasta los viernes. Mientras que los aeróbicos se practican de martes a sábado.

Esta última convoca al mayor número de asistentes. Ayer, por ejemplo, 46 personas,  alrededor de las 10:00, se movían al compás de los ritmos provenientes de parlantes instalados en una de las canchas sintéticas y de las órdenes que les daba una instructora.

A un lado, un grupo de personas realizaba ejercicios y practicaba tomas y llaves de lucha grecorromana. Mientras que conos fosforescentes colocados sobre las zonas cercanas para transeúntes delimitaban un par de espacios dedicados al fútbol-tenis.

Mónica Salazar, quien con sus hijos en el parque jugaba un partido de este último deporte, señaló que “es una pena que el Municipio haya cerrado el sitio”.

Añadió que espera que la reapertura de los espacios interiores no demore demasiado.