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La aplicación de veedurías ciudadanas sería una de las estrategias para cambiar la situación

El mejoramiento de la calidad del transporte público es un reto municipal para este año

La implementación del sistema integrado de recaudación o caja común busca eliminar vicios actuales como el correteo y la espera innecesaria para asegurarse pasajeros. Foto: Archivo/ El Telégrafo
La implementación del sistema integrado de recaudación o caja común busca eliminar vicios actuales como el correteo y la espera innecesaria para asegurarse pasajeros. Foto: Archivo/ El Telégrafo
11 de enero de 2015 - 00:00 - Redacción Quito

Sergio Rivera vive en el barrio Santa María, ubicado en el noroccidente de la ciudad, desde hace aproximadamente 16 años.

Cuando llegó, las carencias del sector eran múltiples y tenían que ver, básicamente, con la dotación de servicios básicos como agua potable, alcantarillado, recolección de basura, arreglo de vías y transportación masiva. Con el paso de los años, la mayoría de esos problemas se ha resuelto total o parcialmente. Sin embargo, algo que sigue preocupando a los moradores es la forma de salir de la zona y retornar a ella.

Esto a pesar de que una línea de transporte que forma parte del sistema metropolitano de movilidad sirve a esa población y la conecta con el sector La Y.

Pero los vecinos de Santa María consideran insuficiente el número de vehículos que funcionan en la zona.

Rivera, por ejemplo, afirma que para llegar a su trabajo en el sector de El Inca debe salir de su casa alrededor de las 06:00, para abordar uno de dichos automotores. Luego, debe realizar trasbordo hasta su sitio de labores.

Lo más complicado para él es, sin embargo, tomar un bus que lo lleve hasta La Y. “La demanda de transporte es enorme a esa hora pues tratan de viajar obreros, guardias, trabajadoras domésticas y estudiantes”, asegura el hombre. “Por ello —añade— los buses que llegan se llenan rápidamente y la mayoría de las veces la gente viaja incluso colgada en las puertas”.

Ante ello, Rivera ha pensado en comprar su propio vehículo (“aunque sea usadito”), pero gastos como una enfermedad de su esposa, los estudios de sus hijos y arreglos en su casa se lo han impedido.

El vecino del noroccidente capitalino se muestra partidario de la idea de que los ciudadanos utilicen medios masivos de movilización en lugar de carros privados, pero siempre y cuando los primeros sean eficientes. “En las condiciones actuales del transporte en Quito, la mejor opción es hacer un esfuerzo y asegurarse un medio de desplazamiento propio”, sentencia.

De acuerdo con la encuesta Percepción de la Calidad de Vida en Quito, implementada el año pasado, el 31% de los consultados consideró que “disponer de sistemas de transporte público rápidos y de calidad” es la primera alternativa para mejorar el tráfico en la ciudad.

Alrededor del 76,51% de los habitantes de la capital utilizan a diario medios masivos de transporte para cumplir sus diversas actividades, por lo que el mejoramiento de este aspecto cotidiano es un aspecto crucial para la ciudadanía.

Ante esta situación y frente a la asunción total de las competencias de tránsito en agosto pasado, el Municipio quiteño debe enfrentar este año la resolución del pedido de los transportistas para que la tarifa de $ 0,25 del servicio que prestan sea revisada.

Para ello, el Cabildo armó un esquema con 4 mesas de diálogo con miras a lograr acuerdos en distintas áreas.

Tres de dichos espacios han terminado su trabajo; sin embargo, según dijo a EL TELÉGRAFO esta semana la vicealcaldesa Daniela Chacón, en la mesa de costos (la más importante) aún faltan por afinar algunos detalles.

Por ello, a juicio de la coidearia del alcalde Mauricio Rodas, la resolución municipal respecto al valor de los pasajes se conocería durante la tercera semana de enero.

El tema de las tarifas, aseguró Chacón, irá atado al compromiso del gremio del el mejoramiento del servicio que prestan las operadoras.

Aquello habría quedado establecido en la mesa de participación ciudadana, en la que sus integrantes habrían dejado sentadas sus quejas al respecto.

Estas guardarían relación con aspectos como el irrespeto de las paradas por parte de los choferes; el incumplimiento de horarios y rutas establecidas en los permisos de operación; el desacato al cobro de medio pasaje a estudiantes, personas de la tercera edad y discapacitados, además del maltrato que dan conductores y ayudantes a los usuarios.

Para asegurar que esta situación cambie, afirmó Chacón, se planteó durante las conversaciones la necesidad de establecer veedurías ciudadanas.

Adicionalmente, se habría establecido la necesidad de avanzar hacia un sistema integrado de recaudo, que consistirá en distribuir de manera equitativa los ingresos entre los distintos integrantes de las cooperativas (incluidos choferes, ayudantes y personal administrativo), con el fin de evitar vicios actuales como el correteo y las esperas con el fin de ganar pasajeros.

La recaudación, al final del proceso, deberá ser hecha mediante sistemas electrónicos, hasta llegar a la universalización de una tarjeta recargable que servirá para el desplazamiento tanto en medios masivos en manos privadas como en los municipales.

Sobre estos 2 últimos aspectos, la alcaldía de Augusto Barrera había establecido un cronograma de implementación que debía concluir a finales de 2017 y que empezó a ejecutarse con el registro de la recaudación mediante la entrega de boletos de papel.

Este procedimiento, sin embargo, estuvo operativo hasta el tercer trimestre del año pasado. Pero a partir de allí, únicamente en las unidades adscritas al sistema metropolitano se cumple con él.

DATOS

El 76,51% de los desplazamientos que se realizan a diario en Quito se hacen mediante algún sistema masivo de movilidad.

El 23,49% de los viajes que tienen lugar en la ciudad se realizan en vehículos particulares. Desde 1970, el número de desplazamientos diarios por persona pasó de 0,91 a 1,66.  

En la capital, cada jornada se efectúa un promedio de 5,1 millones de desplazamientos. De estos, unos 2,3 millones se realizan en buses convencionales y unos 800 mil en el sistema municipal.

Unos 418 mil desplazamientos se efectúan en unidades escolares e institucionales. De hecho, los estudios son el principal motivo de movilización diaria de la ciudad con un 32,5% del total, seguido de trabajo (31,1%) y asuntos personales (24,3%).

Alrededor de 470 mil vehículos circulan de manera constante en las vías capitalinas. De acuerdo con cifras del Municipio, el año pasado el parque automotor quiteño se vio incrementado en unas 50 mil unidades, lo que implica un crecimiento del 12%.

Este aumento de automotores complica la situación del tráfico en la ciudad, generando nudos de embotellamiento de alrededor de 10 cuadras. En tanto que la velocidad promedio de circulación se encuentra en la actualidad en 18 km/h en el hipercentro capitalino (entre La Villaflora y La Y).

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