52,5 % de lectores está en contra de los Quitocables
La construcción del sistema de Quitocables, cuyos trabajos de la Línea Norte deberían empezar este año según lo previsto por la administración del alcalde Mauricio Rodas, inquieta a los quiteños, sobre todo por la inversión requerida y la supuesta falta de planificación.
EL TELÉGRAFO planteó del lunes 4 al viernes 8 de julio una encuesta sobre si la ciudadanía está de acuerdo con la construcción de la obra y si considera que el proyecto es una solución real de movilidad.
Participaron 3.576 personas; de ellas, un 52,5% (1.872) está en desacuerdo con la obra. En tanto que un 47,5% (1.693) se mostró a favor.
Así, también, un 53,8% (1.919 personas) considera que la obra de los Quitocables no es una solución para los problemas de movilidad de la capital. Mientras que un 46,2% (1.645 lectores) cree que ayudará a mejorar el tránsito en la ciudad.
Luis Yugsi vive en La Argelia (sur de Quito), que es una de las zonas en donde funcionarían los Quitocables. Para el ciudadano, de 32 años, la obra mejoraría el tráfico en su barrio. No obstante, se preguntó “cuándo estará lista; a cada rato nos dicen que van a empezar los trabajos y hasta ahora no hay ni una sola piedra”.
El 6 de mayo de 2015, Rodas lanzó el proyecto en esa zona; sin embargo, los trabajos no han arrancado ni allí ni en La Roldós (norte), la otra zona en la que se suponía que arrancaría.
Según el Cabildo, el proyecto de la Línea Sur estaría en espera. De acuerdo con declaraciones del alcalde, esta fase deberá efectuarse con inversión público-privada y aún se buscan interesados. Algo similar ocurre con las rutas Centro y Valle de Tumbaco, las otras 2 líneas anunciadas.
En cambio, según los planes del burgomaestre, la línea La Roldós-La Ofelia deberá tener un avance de al menos el 30% hasta fines de este año. El proyecto cuenta con un presupuesto asignado de $ 41 millones. Sin embargo, la propuesta ha recibido resistencia de los moradores de sectores como El Condado y Colinas del Norte, quienes consideran que la obra no es prioritaria para el sector, sobre todo cuando hacen falta trabajos de alcantarillado y agua potable; además, las vías estarían en mal estado. Los moradores de esos barrios se quejan de la falta de planificación.
Inversión no justificada
El lunes pasado, el Cabildo intentó socializar el proyecto con los habitantes de la Administración Zonal La Delicia. El diálogo se realizó a medias. Lothar Ranft, vocero de los moradores de El Condado, cree que el Cabildo miente en sus argumentos para justificar la obra. Se refiere, por ejemplo, al tiempo que tomaría ir actualmente entre La Ofelia y el noroccidente. Según Ranft, el Cabildo habla de una hora con 30 minutos para llegar desde Pisulí hasta La Ofelia, cuando el trayecto, según el morador, duraría máximo 35 minutos en hora pico. “Todos los barrios del noroccidente son accesibles”, asegura.
Para Vicente Toapanta (62 años), los Quitocables no ayudarían a mejorar los problemas de tráfico de la ciudad. Calificó este hecho como un “desperdicio”.
Michelle Córdova (24 años) cuestionó la sectorización del proyecto, ya que “solo ayudaría a un pequeño grupo de la población”.
Carlos Escobar (73 años), al igual que Córdova, apuesta por el Metro de Quito como una solución real que apoyaría a disminuir la congestión vehicular. “Creo que el Metro será de ayuda. El Municipio debería, además, aportar a mejorar las vías de la ciudad”.
A criterio de Daniel Chusicondo, las cabinas de los Quitocables limitan el ingreso de todos los ciudadanos. “No es una solución integral que ayude a todos los quiteños. No es una buena idea”.
Fernando Tintin, de 30 años, coincidió en cuestionar la capacidad que tendrán las cabinas. “No se justifica tremenda inversión si solamente unos cuantos ciudadanos podrán ingresar”. Por ello opinó que el dinero que se piensa invertir se debería destinar a vías.
Sin embargo, Andrés Moreno, quien vive en San Carlos, piensa que la obra de los Quitocables podría funcionar, “siempre y cuando exista planificación”. Considera que los moradores de los barrios altos de la ciudad necesitan movilizarse y para ellos resulta complicado hacerlo. Pero a su criterio, en temas de movilidad, la Alcaldía no actúa como debería hacerlo. (I)