3.200 alumnas salen del Centro
El traslado del Colegio Simón Bolívar del Centro Histórico -entre las calles José Joaquín de Olmedo y Benalcázar- a las antiguas instalaciones de la escuela Municipal Eugenio Espejo -entre la calle Río de Janeiro y Manuel Larrea- implica la salida de 3.200 jóvenes del casco colonial.
Según Mario Carrillo, director de la institución educativa, los buses escolares que realizaban el recorrido para las estudiantes se estacionaban en las calles Manabí, Cuenca y José Joaquín de Olmedo, generando congestión vehicular. “Las estudiantes llegaban en horas pico, y al ser las calles tan estrechas y no tener lugar para estacionarse, se formaba un cúmulo de interrupciones”, dijo.
Por el Centro Histórico circulan aproximadamente 50 mil vehículos diariamente; las estrechas calles, por ser de construcción colonial, no permiten la fluidez vehicular.
A eso se suma que el colegio no tenía lugares específicos para estacionar las unidades de transporte escolar en las horas de ingreso y salida de las estudiantes (07:00, 13:00 y 18:00), por lo que algunos carros se parqueaban en las orillas de las veredas de calles aledañas, caotizando aún más las arterias del Centro Histórico.
Además, la situación se volvía más grave cuando las jóvenes cruzaban las calzadas, pues eran aproximadamente 1.600 estudiantes, en cada jornada, las que salían del centro de estudios.
Salomé Moreno (13 años), estudiante de noveno de básica del colegio Simón Bolívar, cuenta que al salir de clases caminaba más de una cuadra para buscar el bus de su recorrido, tramo en el que corría el riesgo de ser víctima de los delincuentes. “A varias de mis compañeras les robaron cuando iban a buscar el bus de su recorrido”, expresó, y agregó que en las nuevas instalaciones tienen estacionamiento y que los buses van a estar cerca, eso les dará mayor seguridad.
La estudiante de noveno de básica, Rut Vicuña (14 años), también opinó que la cercanía de los buses le da mayor seguridad, aunque precisó que las jóvenes que fueron víctimas de asaltos eran aquellas que utilizaban los buses públicos para trasladarse a sus hogares.
Carrillo explicó que las nuevas instalaciones cuentan con estacionamientos, pero no son suficientes, pues los buses que dan el servicio a las estudiantes eran 40, y para este año se aumentó a 45; pero debido a la demanda de los padres llegarán a ser 50.
Relató que antes de ser trasladados, uno de los puntos principales que analizaron fue el de los parqueaderos para el transporte escolar. En ese entonces se lo podía hacer en las calles aledañas, como en la Río de Janeiro y Bogotá; pero en esas calles actualmente funciona el sistema de estacionamiento municipal “Zona Azul”.
Antes de iniciar clases están en la búsqueda de lugares para parquear el transporte escolar, la base es que no sean lejos de las instalaciones del colegio, para precautelar la seguridad de las estudiantes.
Una de las opciones sería parquear en las calles transversales, pero esto debe ser decidido por el Municipio que, según Carrillo, aún no se pronuncia.
Mientras tanto, los padres de las estudiantes que no tienen recorrido escolar piden mayor resguardo policial en las horas de salida, en especial a las 18:00, porque el sector es peligroso. “Aquí es más riesgoso porque hay bares, discotecas y hasta cabarets; espero que el Municipio cierre esos lugares”, comentó Eduardo Oliveros.