El parque La Carolina es un mercado
Desorden y basura. Cientos de puestos de venta de todo tipo de artículos se han instalado en las más de 60 hectáreas que conforman el parque La Carolina, ubicado en el norte de Quito.
Un mercado informal que ha invadido una de las áreas verdes más concurridas de la capital de los ecuatorianos.
Están por todo lado: alrededor de la laguna, a los costados y en el medio de los renovados senderos, a un lado de las canchas nuevas de césped sintético, de la azul pista de atletismo, de la cruz del Papa, en todos los parqueaderos e incluso en las veredas.
De más está decir que no existe ningún control. Pocos y dispersos elementos de la Policía Nacional y Metropolitana vigilan a los miles de personas que van en busca de un espacio de distracción.
Pero la distracción se complica porque caminar, correr o andar en bicicleta es tarea extremadamente difícil por el escaso espacio que existe para realizar esas actividades.
Cientos de carritos ambulantes, parasoles, carpas, vestimenta, juguetes y artesanías que se exhiben en el piso o sobre el pasto han convertido a La Carolina en un enorme mercado al aire libre.
Ciudadanos ecuatorianos, venezolanos, colombianos, haitianos y de otros países se aglomeran en un desordenado parque que, luego de la jornada de ventas, se convierte en un enorme basurero.
La crisis económica ha obligado a miles de personas a improvisar y a buscar una solución para la falta de trabajo y esa es, sin duda, la razón para esta masiva presencia de vendedores informales, pero no justifica la ausencia de control, la incomodidad para los peatones y deportistas, la invasión de un espacio verde de Quito.
Esos cientos de vendedores no pagan ningún permiso de trabajo, ni agua, ni luz, ni impuestos, como sí lo hacen los comerciantes formales y los locales que hay en los alrededores.
Las ordenanzas municipales prohíben las ventas en los espacios públicos sin permiso y disponen una multa de $ 20.
Como sucede casi siempre -ante la inoperancia y falta de iniciativa de las autoridades- la gente se organiza sola. Esta vez es en medio de un parque, rodeados del caos y la basura. (O)