Pantalones siglo XXI
Pensarán que es un anuncio de moda, un comercial machista o una nueva oferta de producción textil en tiempos de pandemia. Nada que ver. Es una propuesta para exhibir la honestidad. Para ahorrar saliva: la idea es el uso de una vestimenta para invierno y verano, campo o ciudad, joven o viejo, urbano o campesino, general o soldado, gerente o labrador… Toda persona cuya consciencia lo deje dormir tranquilo, que sus ingresos económicos sean alcanzados a pulso y que sus manos puedan escribir con toda libertad la palabra honradez… Todos esos millones de ecuatorianos debemos usar pantalones cortos. ¡¿Por qué?! Debemos exhibir nuestras piernas que están libres. Que no tienen grilletes electrónicos.
En el sentido colectivo, poco o nada se ha hecho contra la corrupción. No hay campañas que rescaten el ama shua – ama llulla – ama quilla. Hace décadas que desapareció Cívica, una materia tan importante que permitía conocer –desde niños- el verdadero sentido de patria. Nadie ha movido un dedo para volver a saber de una materia singular: Lógica y Ética; o sea, pensar bien y hacer bien. Y pocos son los que luchamos por enseñar Historia, esa ciencia y madre de todas las ciencias. Incluso hubo un presidente, que con su imitación a Joseph Goebbels, pregonaba que la Historia del Ecuador empezaba en el 2007. En fin, poco o nada se ha hecho para hablar de moral y buen ejemplo.
Nos acostumbramos a ver, no a enfrentar, que el tercio del presupuesto se va en corrupción. Que con dinero se puede comprar jueces y consciencias. Que el buen ejemplo de la autoridad es un mito. Que la viveza criolla es el semblante cotidiano. Que el palanqueo pisotea el sacrificio. Que la justicia, para los corruptos, llega tarde, porque ya salieron del país. Y que los grilletes son seña de poder y gloria, desde el prefecto hasta el expresidente.
Aunque suene a quijote o fantasioso, dejemos que nos miren nuestras piernas cobrizas, negras o blancas, con o sin várices, pero libres, sin grilletes. Porque si nuestras piernas están libres, nuestra cara está limpia y nuestra historia estará lista para dar ejemplo. Usemos pantalones cortos. No van a vencernos fácilmente.