Anticipo a la renta ¿en verdad afecta solo a los que más ganan?
Jorge Altamirano, docente de la UIDE
Es por todos conocido que el Estado ecuatoriano viene atravesando un problema de liquidez muy grave. El origen del déficit fiscal, aunque agravado por la pandemia, tiene causas estructurales mucho más complejas de resolver que la misma crisis sanitaria. El gobierno ha calificado la situación de liquidez como insostenible, de hecho, indicó que se vive un “déficit fiscal crónico”.
El confinamiento, la disminución de la actividad económica y la pérdida de empleos, sumado a las obligaciones del país con los tenedores de deuda, obligó a las autoridades a lidiar con uno de los peores escenarios posibles para un gobierno: honrar la deuda o priorizar el gasto social. Sabemos las difíciles decisiones que se han tomado en los últimos meses y la más reciente tiene que ver con el anticipo al impuesto a la renta. De esta última, han surgido dos posiciones divergentes, una desde el gobierno que indica que las empresas más grandes deberían contribuir con el anticipo a la renta y, otra posición, la de los empresarios que han manifestado su desconformidad con la medida.
De acuerdo con el gobierno, el anticipo solo afectaría a un grupo muy pequeño del universo de 5,5 millones de contribuyentes. Las micro, pequeñas y medianas empresas no se verían afectadas. Pero ¿qué tan cierto es esto? En economía sabemos que existe el flujo circular, que nos recuerda las relaciones que existen entre producción, gasto, renta y factores de la producción. En este diagrama circular se pueden observar como las empresas producen bienes y servicios (producción) y las familias pagan para comprar esos bienes y servicios (gasto). A su vez, las empresas pagan a las familias para utilizar su capital físico y su mano de obra (renta).
Se hace evidente que los sistemas están interconectados y que existe una dependencia de unos con otros. Si pensamos que solo los grandes contribuyentes serían los afectados, estaríamos olvidando el flujo circular de la economía, ignorando que los sectores productivos dependen unos de los otros, el primario con el industrial, el comercial con los servicios, etc. Las empresas que no puedan cubrir el anticipo al impuesto a la renta deberán recurrir a uno o varios mecanismos que podrían ser: deuda, menor inversión y reducción de personal. Aunque la intención del gobierno sea “que paguen los que más ganan” en la práctica esto no siempre ocurre, tal como los impuestos progresivos muchas veces lo han demostrado.