Más de 20.000 personas entre militantes de Alianza PAIS y simpatizantes del actual régimen llegaron ayer desde diversas provincias hasta la Plaza San Francisco.

Desde las 15:00, ciudadanos con banderas, camisetas y pitos se manifestaron con el objetivo de recordar los 4 años de la revuelta policial y de las Fuerzas Armadas del 30 de septiembre de 2010. Este punto del Centro Histórico se congestionó durante la tarde y noche, pues las calles aledañas se cerraron para convertirse en vías peatonales.

Los momentos de violencia que se vivieron el pasado 17 de septiembre en este mismo lugar, tuvieron como respuesta ayer un acto artístico y cultural que organizó el Movimiento Alianza PAIS.

Una gran tarima, pantallas gigantes y música de la Orquesta Sinfónica del Ecuador fueron parte del evento. Además, los delegados de las 35 organizaciones políticas de las izquierdas progresistas de América Latina y Europa que llegaron al Encuentro Latinoamericano Progresista (ELAP) realizado en la Casa de la Cultura, formaron parte de la mesa central junto a ministros de Estado y asambleístas. Varios delegados dieron lectura a la Declaración de las Juventudes de la ELAP, que se definió con 24 resoluciones.

El expresidente de Honduras, Manuel Zelaya, entregó el documento al presidente Rafael Correa, quien le agradeció con un abrazo.

En tanto, la secretaria ejecutiva de PAIS, Doris Soliz, con un mensaje conciliador, recordó que hace 4 años la revolución se vio amenazada por un “cobarde golpe de Estado”.  “El pueblo se ha movilizado a defender esta gran revolución, la Patria está sembrada de esperanza”, destacó durante el encuentro.

El turno del Primer Mandatario y líder de PAIS llegó y los asistentes manifestaron su emoción con gritos y aplausos de apoyo. Esta muestra de respaldo fue agradecida por el gobernante, quien aseveró que “vamos a recordar el día en que triunfó la democracia”.

Luego, recordó los sucesos que marcaron el intento de desestabilización. Hizo un recuento, paso a paso, desde su llegada al Regimiento Quito, su acorralamiento y el rescate que fue apoyado por ciudadanos que acudieron hasta el Hospital de la Policía, a pesar de que fueron recibidos a balazos por parte de los uniformados.

Como resultado se registraron varios heridos y 5 muertos. “Jamás olvidaremos los nombre de los caídos”, aseveró Correa mientras nombraba a Juan Pablo Bolaños, Froylán Jiménez, Darwin Panchi, Jacinto Cortés, Edwin Calderón y al capitán Alex Guerra, quien quedó inmovilizado tras un impacto de bala.

Con ello dijo que se sabe que detrás de esta intentona golpista estuvieron intereses oscuros, “apoyados por los desestabilizadores, los que azuzan a los jóvenes”, insistió.

Estos intentos desestabilizadores fueron atribuidos por Correa a la derecha nacional e internacional. Señaló que en algunos de estos intentos les han fallado sus planes como en Colombia, Venezuela, Bolivia, Paraguay, Honduras, Paraguay y en Ecuador con el 30-S. Insistió en que cada vez son más sutiles en sus tácticas, los “golpes blandos”, y desconocen a las autoridades.

El presidente Correa dijo que para enfrentar esta restauración conservadora se necesita estar unidos e integrados a nivel de América Latino y del mundo. Afirmó además que el 30S “la voluntad de un pueblo dijo: ¡no pasarán! Aquí estamos para decirles al Ecuador y al mundo, ¡otro 30-S nunca más compatriotas!”.

Su discurso finalizó con una idea del revolucionario Tomás Borge sobrela “venganza personal” que es tener derecho a asistencia médica, centros de desarrollo infantil, ingreso a universidades públicas gratuitas, becas, hospitales, carreteras. Con un grito reiteró “¡Somos más, el pasado no volverá!”. 

El evento concluyó a las 21:00 con un espectáculo de juegos pirotécnicos y presentaciones artísticas.