El niño Jesús en brazos de su madre María, a su lado San José, y unas tortillas que se cocinan en una paila de tiesto adorna el Convento de San Francisco, en el Centro Histórico de Quito.

No es el único pesebre que se exhibe en el lugar, pues la iglesia conserva más de 100 nacimientos nacionales e internacionales, que se exhibirán al público hasta el 12 de enero. Muchos de los pesebres fueron elaborados por la Escuela Quiteña, que fue el taller de escultura en donde en la colonia colaboraron famosos artistas, como Caspicara.

Hay creaciones nuevas que fueron realizadas por la Asociación Amigos del Belén, un grupo de nuevos escultores, que contó el padre Carlos Amendaño, guardián del convento, se dedican a elaborar esculturas religiosas durante el año.

Una de las piezas más importantes -contó Amendaño- es una imagen del Niño Jesús que fue elaborada con cera de abeja. El sacerdote franciscano señaló que en la exposición no solo hay esculturas, sino también pinturas, entre ellas la obra ‘Adoración de los magos’, del Instituto de Bellas Artes de Venecia.

En la imagen se usa una técnica veneciana de transferencia de imagen al lienzo y repujado en metal de origen ruso y polaco. También hay nacimientos en barro, tagua, alabastro o piedra de Huamanga, así como ébano. Este último material fue usado para crear un pesebre africano.