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La educación fiscomisional es un ejemplo de su aplicación

La subsidiariedad se aplica hace 100 años

El papa Francisco se reunió con la comunidad educativa religiosa en la Universidad Católica de Quito. Foto: Archivo / El Telégrafo
El papa Francisco se reunió con la comunidad educativa religiosa en la Universidad Católica de Quito. Foto: Archivo / El Telégrafo
16 de julio de 2015 - 00:00 - Redacción Política

La doctrina social de la Iglesia es un documento que contiene principios básicos para mantener una relación cordial con el Estado y la sociedad. El escrito desglosa varios principios fundamentales, entre ellos la subsidiariedad. Este último mencionado 2 veces por el papa Francisco en su visita al país, la semana pasada.

La doctrina es una reflexión filosófica de la Iglesia católica. Según la Real Academia de la Lengua, subsidiariedad significa la tendencia favorable a la participación subsidiaria del Estado en apoyo de las actividades privadas o comunitarias e inmediatamente se lo asocia con un subsidio o un bien físico. Para la Iglesia significa ayuda, asistencia y servicio, detalló el sacerdote Carlos Salcedo, quien también es catedrático de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil.

La Iglesia cumple estos principios en el mundo a través de acuerdos con los estados. En el caso de Ecuador hay el documento denominado Modus Vivendi, que fue suscrito hace 100 años y revisado en 1964.

Este es el que le permite a la Iglesia participar activamente en actividades inherentes al Estado. Por ejemplo, uno de los campos en los que la presencia del clero ha sido significativa en el país es la educación. Salcedo explicó que esta es una acción subsidiaria porque ellos han suplido las funciones que le corresponden al Estado.

La salud también ha sido un campo de acción importante con dispensarios en las parroquias, así como la asistencia a comunidades en donde el sacerdocio ayuda a mejorar los temas agrícolas.  

Las unidades educativas religiosas son una clara muestra de esta relación. Aunque la Constitución ecuatoriana declara al Estado laico, al menos el 85% de los ecuatorianos se declara católico.

En Ecuador son cientos las unidades dirigidas bajo un concepto religioso y la subsidiariedad se ve más marcada en los centros fiscomisionales, que son accesibles para las clases populares porque también hay colegios religiosos dirigidos a las clases media y alta.  

Los planteles fiscomisionales reciben recursos por parte del Estado para su subsistencia. Aunque el aporte se hace a través de los gobiernos locales, el Ministerio de Educación tiene un registro de cada una de ellas.

Para el sacerdote César Piechestein, vocero de la Arquidiócesis de Guayaquil, el principio de subsidiariedad no se cumple en Ecuador porque, según él, hay una centralización del tema. “Los estados en los que existe el principio de subsidiariedad subsidian la educación porque como Iglesia estoy colaborando con esta actividad que le corresponde al Estado; lo mismo sucede con la salud. Pero esto no se hace en este país ni en muchos latinoamericanos, lo que sí sucede en los estados europeos”, resaltó.

Piechestein aseguró que en el caso de los colegios fiscomisionales el subsidio viene con una limitación porque como contraparte hay una injerencia del Estado.

Por ello, el sacerdote resaltó que muchas de las entidades religiosas privadas que no reciben el subsidio cobran pensiones altas.

En el año escolar 2015-2016 del régimen Costa el Ministerio de Educación registró un límite en el pago de las pensiones y matrículas de los centros privados y fiscomisionales para evitar los costos excesivos.  

La diferencia de costos es significativa entre una escuela fiscomisional, en donde existen 3 aportantes: la Iglesia, los padres y el Estado; y otra de carácter religioso en donde la relación es solo entre la Iglesia y los ciudadanos.

Según el listado del Ministerio de Educación, en la Zona 8, que corresponde a Guayaquil, Durán y Samborondón, las más pobladas del país; uno de los colegios religiosos más costosos es el Javier, que visitó el papa Francisco el pasado 6 de julio. Esta entidad está autorizada a cobrar $ 367,42 mensuales; mientras que un fiscomisional como el María Mazzarello registra una pensión máxima de $ 60. Entre los fiscomisionales hay diferencias significativas como entre el Domingo Comín cuya mensualidad es de $ 109,62 y el Monseñor Néstor Astudillo en donde pueden cobrar hasta $ 24,98.

El sacerdote Salcedo resaltó que el principio básico de la Iglesia es la solidaridad y por ello lo que hacen es que los que más tienen colaboren con los otros que están en una situación económica complicada. El catedrático explicó que el clero no tiene los recursos del Estado.

Además, aseguró que la relación con ciertos funcionarios del actual Gobierno ha sido compleja porque ven a la Iglesia como una competencia, cuando en realidad es un complemento. “La Iglesia está enfocada al servicio del bien común. El Estado y la Iglesia sirven a los mismos ciudadanos”, insistió.

Recordó que el trabajo ha sido tan visible que en la actualidad se evidencia que los líderes actuales han sido formados en entidades regidas por los católicos.

El padre Salcedo resaltó que el clero ha cerrado entidades educativas para cumplir con las leyes que obligan que los maestros tengan mejores salarios y estén afiliados al Seguro Social.

En su visita la semana pasada a Ecuador, el Sumo Pontífice se reunió con los maestros y demandó un cambio de esquema en la educación, pidió salir de las aulas para ver el mundo real, convivir con la gente para aprender y cambiar los hábitos de consumo. (I)

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