La Plaza Santo Domingo albergó a decenas de miles por el Día del Trabajo
Una ardua jornada para miembros del Gobierno nacional y militantes del Movimiento Alianza PAIS. Desde tempranas horas de este viernes 1 de mayo, las bases de la agrupación oficialista se se congregaron en el sur de Quito para la movilización en conmemoración del Día del Trabajo.
Pasadas las 09:00 llegó el último marchante: Rafael Correa. Con el arribo del Mandatario arrancó oficialmente la movilización que aglutinó a miles de asistentes, entre ellos, afiliados a la Red de Maestros, sindicalistas de entidades públicas que llegaron desde varias zonas del país, de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y representantes de las amas de casa que celebraron la aprobación de la Ley de Justicia Laboral.
Correa junto a varios ministros de Estado encabezaron la movilización. Con cánticos y banderas multicolores, los trabajadores avanzaron hacia la Plaza de Santo Domingo por la avenida Maldonado. En el trayecto, la ciudadanía aprovecha para saludar al Jefe de Estado y expresarle su respaldo.
La Plaza de Santo Domingo lució abarrotada de seguidores del régimen. Inclusive para cuando iniciaron las intervenciones de las autoridades en la tarima, miles de marchantes aún estaban intentando llegar al lugar de la concentración.
El ministro de Trabajo, Carlos Marx Carrasco, en su turno al micrófono, afirmó que mientras las agrupaciones de trabajadores estén unidos "no habrá quien retroceda la historia". Además señaló que con las medidas tomadas por el Gobienro "hoy podemos asegurar que la larga y triste noche neoliberal está superada".
Otro de los participantes en la movilización fue Oswaldo Chica, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) que arremetió contra dirigentes sindicales que se oponen a la Ley de Justicia Laboral y otras normativas impulsadas por el Gobierno. "Traidores son los que nunca hicieron nada para elaborar un verdadero Código del Trabajo", señaló el dirigente sindical.
El Primer Mandatario fue el último en intervenir. En su discurso, que duró poco más de 50 minutos, Correa señaló que su administración es el "Gobierno de los trabajadores" y recordó que la "supremacía del ser humano sobre el capital es lo que identifica a la revolución".
El gobernante reiteró que el Estado central no mantiene una deuda con el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) y defendió la suspensión del aporte estatal al Seguro Social para el tema de pensiones jubilares como lo establece la Ley de Justicia Laboral.
Correa alertó a sus seguidores sobre los intentos desestabilizadores que, según él, tienen como elementos activos a ciertos medios privados y gremios de derecha. "Lo único que los une es derrotar a la revolución, mejor que estén unidos para derrotarlos nuevamente", afirmó el Primer Mandatario.
