Los jefes de cotopaxi y la amazonía rechazan la unión de la agrupación con la derecha
La mayor división de las bases de la Conaie está en la Sierra Centro (Infografía)
En el país existen 4 grandes grupos que representan a miles de movimientos de base indígenas en diferentes provincias. Estos son la Federación Ecuatoriana de Organizaciones Campesinas, Indígenas y Negras (Fenocin), la Federación Ecuatoriana de Indígenas (FEI), el Consejo de Pueblos y Organizaciones Indígenas del Ecuador - Feine y la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie).
La única ocasión en que han trabajado juntos fue en el levantamiento indígena de 2001. Luego de esto cada agrupación tomó su rumbo. Sus líderes coinciden en que debido a intereses personales no se ha concretado la unión. Años antes, en 1996, la Conaie, junto con otros movimientos, creó Pachakutik, instrumento electoral con el que se convirtió en sujeto político. La Conaie es la que ha sufrido mayores deserciones, el propio Jorge Herrera, titular de la organización, admitió a El TELÉGRAFO en diciembre de 2014 que el 40% de los integrantes ha decidido en estos últimos años marcharse por decisión propia o para unirse a las propuestas del Gobierno.
La estructura más amplia de la Confederación está en la región Sierra del país, pues solo la Ecuarunari agrupa al 45% de las bases, mientras que la Amazonía representa al 30% y la Costa al 25%.
En la Sierra Centro es donde ha surgido una división significativa. Así lo evidenció Delia Caguana, dirigente de Chimborazo, quien denuncia que están cansados de no ser tomados en cuenta.
Los que se oponen a la actual dirigencia no son solo de esa provincia, dice Caguana, sino de todas las regionales de la Conaie. Básicamente los indígenas de la Sierra Centro y la Amazonía apoyan varias iniciativas del Gobierno, como la Ley de Tierras y la exploración responsable del Yasuní ITT.
La dirigente afirmó que a su grupo de apoyo se han sumado “los compañeros de las bases indígenas de la tierra de Lourdes Tibán y son más de 70 organizaciones, lo que significa más de 15 mil personas; de Cañar son 10 mil indígenas; de Chimborazo, 20 mil; de la Amazonía, otros 20 mil; de la Costa, 20 mil más; así como de los migrantes, los indígenas y mestizos de Quito, de las mujeres, etc. No somos pocos y ellos lo saben”.
Para la Cumbre de los Pueblos que se realiza desde ayer en Quito, los grupos indígenas de la Sierra Central no fueron convocados. “Dicen que somos correístas”, afirma la dirigente, quien representa a más 20 mil indígenas.
“Los de la Cumbre son básicamente los que están en contra del Gobierno”, adelantó.
Otros frentes de las bases indígenas que no apoyan a los líderes de la Conaie, encabezados por Herrera, son Antonio Vargas, representante del pueblo amazónico, más de 70 organizaciones de Cotopaxi, Miguel Lluco, de Chimborazo; las bases de Olindo Nastacuaz, de la regional de la Costa; y las mujeres indígenas de la Amazonía, con Alexandra Proaño.
Según estos frentes, el actual presidente de la Conaie, Jorge Herrera, no les da espacio en la organización y la no convocatoria para la Cumbre es una muestra de eso.
La líder de Chimborazo criticó la postura de Herrera. “Otros presidentes han sido buenos dirigentes y han sabido direccionar a las bases. Por ejemplo, Cholango y Santi nunca decían fuera de aquí a los líderes de las bases, pues aunque no compartan nuestras ideas nos decían vengan compañeros, si algo está mal tratemos de solucionar. Esa es la forma de llevar, pero Herrera no lo hace así, se deja engañar y manipular por un grupito”, indicó.
Este ‘grupito’ serían políticos como la asambleísta Lourdes Tibán y el propio Guillermo Lasso. Precisamente la unión entre dirigentes indígenas y el exbanquero es un acto que rechazan las bases indígenas de la Sierra Centro.
Caguana denunció que la sede de la Conaie ubicada al norte de Quito, era utilizada para ciertas personas privilegiadas y que muchas de las personas de las bases ni sabían de la existencia del inmueble. Ayer vencía el plazo que el Ministerio de Inclusión Económica y Social le dio a la entidad para que desalojara el edificio que se espera utilizar para la rehabilitación de personas con adicciones. Este inmueble fue cedido en comodato en el gobierno de Rodrigo Borja en 1991.