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Las Organizaciones opositoras buscan ‘aliados estratégicos’

La división de los gremios dificulta la convocatoria a un paro nacional

La división de los gremios dificulta la convocatoria a un paro nacional
07 de junio de 2015 - 00:00 - Redacción Política

Protagonista de un sinnúmero de protestas que, hasta mediados de la década pasada, inmovilizaban al país, la clase obrera, la oposición, ahora quiere retomar ese camino. Con ese objetivo el pasado 23 de mayo dirigentes de diversas organizaciones clasistas, junto con agrupaciones indígenas, se reunieron en Riobamba. El paro nacional va, dijeron, pero quedó un tema pendiente: ¿cuándo lo harán?  

En ese escenario se plantearon algunas propuestas que serán parte de la plataforma de lucha, entre ellas, el rechazo a la Ley de Justicia Laboral, al trámite de las enmiendas constitucionales y a las salvaguardias a las importaciones.

Pero el camino presenta varios problemas, y es que esa clase obrera que otrora convocaba a paros y huelgas, enfrenta una profunda división. Por un lado está el Frente Unitario de Trabajadores (FUT), con  sus organizaciones  afines, como la Central de Trabajadores del Ecuador (CTE), la Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Clasistas Unitarias de Trabajadores (Cedocut), entre otros, que están en franca oposición al Gobierno; y en la orilla opuesta la Central Única de Trabajadores (CUT) que respalda las políticas laborales.
En igual situación se encuentran las organizaciones indígenas y de docentes.

Los primeros culpan al Gobierno de esta división, pero consideran que tienen suficientes elementos para impulsar un paro nacional. Los otros, en cambio, afirman su oposición a la medida de hecho, pues consideran que las políticas laborales adoptadas en este Gobierno más bien han ampliado los beneficios a sectores que antes permanecían invisibilizados.

No solo los trabajadores afrontan esa división. También el gremio de educadores pasa por una situación similar, al crearse la Red de Maestros, que apoya al Gobierno Nacional.

Édgar Sarango, presidente de la CTE, explica que el no haber definido la fecha para el paro obedece a algunos factores, uno de ellos, que es necesario buscar las condiciones, a nivel nacional, para fortalecer procesos de unidad con otros sectores y fuerzas productivas.

“Esto nos permitirá ir buscando el espacio adecuado y nosotros seguiremos conformando los colectivos provinciales, regionales y cantonales para tener las condiciones y reunir a todas las organizaciones”, sostiene el dirigente.

Paralelo a esta acción, Sarango anuncia que continuarán las movilizaciones nacionales, regionales y provinciales a las diferentes instancias públicas como la Corte Constitucional (CC), Asamblea Nacional, Ministerio de Trabajo, para que resuelvan, a criterio de este sector, los problemas que los afectan.

Con la CC esperan un pronunciamiento sobre la demanda contra la Ley de Justicia Laboral y ante  la Asamblea enviarán sus criterios respecto del proyecto de enmiendas.

Sarango justifica el hecho de que no se haya puesto fecha. Él sostiene que siempre se han manejado con estrategias internas y externas, y en este caso es imperiosa la necesidad de buscar ‘aliados estratégicos’, es decir, sectores campesinos, ciudadanía en general y junto con ellos definir una estrategia conjunta.

Pero admite problemas como la división gremial. Recuerda que las organizaciones sindicales y sociales que existieron hace 40 años son diferentes a las actuales. El nivel político entonces era más elevado entre las organizaciones sindicales, porque ‘había solo un sector al que atacar, que era la oligarquía criolla’.

“Ahora estamos viendo una gran división que ha provocado este proceso llamado Revolución Ciudadana”.

En este contexto coincide el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), Jorge Herrera, al indicar que  luego de un proceso de lucha de los movimientos sociales e indígenas el discurso del Gobierno dividió al movimiento.

Se evidenció un debilitamiento a nivel de las estructuras comunitarias, sostiene Herrera,  pero considera que en los últimos tiempos se dieron cuenta de que se trató de un discurso y no existe algo concreto.

El Gobierno rechaza las acusaciones de división y más bien asegura que las directivas ya no representan a las bases que se han beneficiado con las nuevas políticas.

La vicepresidenta de la CUT, Liliana Durán, asegura que no existe división, sino más bien una organización que lejos de confrontar es propositiva y que bajo su seno alberga grupos que antes eran invisibilizados o no tomados en cuenta y que ahora sí están representados. Es una referencia a los trabajadores autónomos que no figuraban en ningún sindicato.

“La CUT nace por la necesidad de ser la voz de lo que no tiene voz, tenemos propuestas para construir un Código de Trabajo Integral que permita regular las relaciones labores”, manifiesta.

Sobre el anuncio de paro nacional, ella informa que para el 11 y 12 de este mes, durante un simposio laboral, tendrán una asamblea para reflexionar sobre “estos grupos que intentan calentar las calles con golpes leves, pero no representan ni al 5% de la clase trabajadora del país”.

Y recuerda que en la CUT están agrupados trabajadores de sectores estratégicos, de la salud y de la educación, así como aquellos que antes no eran ni siquiera reconocidos, como agrupaciones de trabajadoras sexuales, amas de casa, entre otros colectivos. (I)

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