“Exigir derechos y compartir experiencias no es oponerse a Correa”

¿Por qué la unidad por la que abogan ahora ustedes como mujeres indígenas y de izquierda es posible con personajes de la derecha?

En lo cultural, político, ambiental y geográfico nuestro país es diverso; habitamos pueblos originarios indígenas, afros, mestizos, y otros grupos que se van conformando. En esa diversidad no cabe el pensamiento único impuesto desde la izquierda o desde la derecha política. Y ahora, de forma coercitiva, nos quieren imponer un pensamiento y un comportamiento único, indicándonos además con quiénes podemos o no podemos hablar.

Para hablar de unidad, ante todo, debemos partir del respeto a las diferencias que tenemos cada uno de los sectores, por eso buscamos la unidad en la diversidad.

¿Hasta dónde llega esa unidad? ¿Hasta un acuerdo electoral para las elecciones presidenciales y legislativas?

Los procesos de diálogo no tienen tiempo ni límite. Dialogaremos y nos uniremos, respetando esas diferencias, mientras sea necesario. Si se necesita un acuerdo electoral para recuperar la institucionalidad del Estado, pues que así sea; si se necesita un acuerdo que sobrepase el tema electoral, teniendo como  objetivo recuperar la democracia, pues que así sea.

¿Qué gana el movimiento indígena con una unidad con el PSC y SUMA?

El movimiento indígena liderado por la Conaie es una organización independiente que sigue su curso en la defensa de los derechos y los principios de la democracia y la construcción del Estado Plurinacional; lo hace desde su lógica organizativa y desde la diversidad. Que varias personas que pertenecemos a la Conaie o a otra organización de base tengamos diálogos con diversos sectores no significa que la organización esté involucrada. En su momento, la Conaie establecerá el mejor camino para conseguir sus objetivos políticos y actuará en coherencia con ellos.

¿El frente femenino es para unirse contra Correa, desde la iniciativa de Nebot y Rodas?

Hay que recordar que una primera iniciativa se dio con la reunión en Guaranda, en donde se acordó exigir los recursos que por ley les pertenece a los gobiernos locales. Exigir los derechos no es oponerse a Correa; compartir experiencias de buena gestión tampoco es oponerse a Correa. Debemos alejarnos de aquel pensamiento maquiavélico que nos dice que se debe acatar todo lo de Correa y que cualquier cosa fuera de Correa es oposición.

Nuestra propuesta no es contra Correa; la nuestra apunta a ponerle un alto a la política que implementa este gobierno, en su conjunto. Correa se irá a su casa pero al pueblo le tocará pagar la factura de las acciones de este gobierno.

¿El diálogo político de las mujeres (de derechas e izquierdas) sobre qué bases ideológicas se sostiene y sobre qué tipo de acciones se desarrollará?

El principio es que somos mujeres, ciudadanas ecuatorianas, diferentes en origen y situación, pero iguales en derechos. Y tanto en la izquierda como en la derecha, las mujeres hemos sido postergadas, por ello es que nosotras presentamos una agenda de propuestas con carácter nacional para que dentro de la Unidad, que es un espacio democrático y plural, todas las políticas tengan un enfoque de derechos y de equidad. (I)