Ojo al medio
En las marchas, los polos opuestos sí se atraen
Como las leyes de la física, en la política nacional caben las atracciones magnéticas de ciertas cámaras de comercio con dirigencias indígenas superrevolucionarias, como también de partidos de la llamada ‘izquierda moderna’ con la derecha de siempre.
Los unos y los otros (con el acolite de periodistas ‘supermilitantes’) ahora coinciden, se atraen como imanes, en una agenda política nunca antes tan unificadora y estimulante para salir a las calles a gritar en contra de las leyes de tierras y aguas, el acuerdo comercial con la Unión Europea (UE)y la explotación petrolera.
¿Y dónde queda lo dicho por la derecha ecuatoriana? Guillermo Lasso aplaudió el acuerdo con la UE y la Cámara de Comercio de Guayaquil (donde se anida el ‘estado mayor’ político de CREO) estaba feliz con eso, pero ahora le pesa asumir los nuevos aranceles. Esos sectores, más los de Quito, ¿saldrán con las banderas a favor del acuerdo comercial y se codearán con Salvador Quishpe y Lourdes Tibán? Sí, no cabe la menor duda.
¿Qué explica todo esto? ¿Una simple confluencia oportunista y coyunturalista hasta que CREOllegue al poder e imponga su nueva agenda neoliberal?
Sí, pero también algo que está latente desde hace rato: solas, las izquierdas y derechas no pueden, no les alcanza y mucho menos se sirven mutuamente para derrotar al proceso político vigente. Y, por supuesto, ya que Lasso y su Compromiso tienen el presupuesto (¿solo financiero?) para desarrollar la próxima campaña electoral, algunos sectores de las izquierdas se arriman a un buen árbol (y de paso algunos dirigentes sindicales sacan provecho personal de todo esto).
Los analistas más serios dirán que esta es la ocasión para reconocer a la política real y todas sus complejidades. Pero queda una duda: ¿hasta dónde esta atracción de los polos opuestos no va a fisurar más al movimiento indígena y a los actores patrióticos que, estando en la oposición, valoran sus principios y valores históricos?