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La fuerza pública incrementó el número de uniformados en ENGabao

Comuneros defienden sus tierras de ‘invasores’ (Galería)

Los comuneros se han organizado en turnos para evitar la presencia de invasores, que llegan de noche y colocan casas prefabricadas en los terrenos. Foto: Miguel Castro / El Telégrafo
Los comuneros se han organizado en turnos para evitar la presencia de invasores, que llegan de noche y colocan casas prefabricadas en los terrenos. Foto: Miguel Castro / El Telégrafo
15 de marzo de 2015 - 00:00 - Redacción Política

Los habitantes de la comuna Engabao viven en zozobra desde hace 2 semanas porque se ha fortalecido la amenaza de que Álvaro Noboa y Fabricio Correa quieren asentarse en 336 hectáreas que  son parte de la propiedad ancestral. Así lo denuncian los comuneros, que por miedo prefieren no identificarse, pues ya enfrentan demandas judiciales.

“Sin fotos y sin nombres” es lo primero que dice uno de los representantes de la comuna. Están dispuestos a defender estas tierras hasta con su vida, señalan, y agregan que también viven prevenidos porque consideran que se enfrentan a personas peligrosas y con mucho dinero. En la comuna hay gente de paz, dice el dirigente anónimo.

Engabao está ubicada a pocos minutos del cantón Villamil Playas y tiene una extensión de 7.500 hectáreas. En el sitio viven alrededor de 5.000 personas. Todos son familia de una u otra forma y el comunero explica que debido a que se conocen no existe delincuencia.        

“Es un pueblo tranquilo, con gente muy pacífica”, comenta, pero esta versión se contradice con los recientes hechos.

La aspiración de los empresarios  de ocupar el terreno costero viene de algunos años, pero es desde hace 2 semanas que la situación en esta zona se ha vuelto crítica.

Ellos cuentan que tanto Álvaro Noboa como Fabricio Correa llegan con contenedores en donde transportan casas prefabricadas y con varias camionetas llenas de gente para asentarse en los terrenos que reclaman como suyos.

De concretarse la aspiración de los empresarios la comuna se quedaría sin el puerto pesquero, que también se usa como playa turística, de modo que podrían ser desalojadas cerca de 1.000 personas asentadas en ese lado de la comuna.

Es por esta razón que hay varios frentes para informar por qué lado llegan los ‘invasores’ que son traídos por los empresarios.

Uno de los pescadores de la comuna cuenta indignado que el puerto Engabao ha funcionado desde siempre. Él recuerda que su padre dejaba su embarcación en la orilla de la playa en donde ahora permanece la suya cuando no está en el mar.

En la comunidad hay cerca de 1.000 personas que se dedican a la pesca artesanal, quienes saldrían de allí si se concretase la presencia de los empresarios. En este sitio hay una oficina de la Marina y una bodega para despachar el combustible para las fibras.   

Engabao es una comunidad que no da mucho de qué hablar y cuyos visitantes se deleitan con su gastronomía y sus playas que se llenan de turistas en temporada alta.

Los comuneros son personas hospitalarias y muy abiertas al momento de hablar con extraños, pues gracias a las capacitaciones que han recibido por parte de las autoridades, entre ellas la cartera de Turismo, saben que la hospitalidad es una herramienta básica para garantizar la llegada de más turistas.

Pero eso no pasa cuando varias camionetas se acercan, al menos no desde el pasado 3 de marzo, día en que arribaron varios vehículos con personas extrañas y una abogada que quiso asentarse en las tierras comunales. “Nosotros tenemos los papeles que nos entregó el Ministerio de Agricultura en donde dice que estas tierras son comunales. Si ellos tuvieran razón no llegarían como ladrones a levantar casas en la madrugada”, detalló el comunero.

Ahora todos se cuidan de lo que dicen y con quién hablan, pues se sienten en peligro. “Aquí ya nadie vive en paz, cuando se acerca un carro extraño hasta los niños gritan: ‘ahí vienen los invasores’”, detalla el integrante de la comitiva.

Pero ellos se han organizado y aunque no tienen formación militar ni experiencia en conflictos han armado diferentes frentes para defender lo que por tradición les corresponde. La situación trascendió cuando la comunidad enardecida quemó las casas que habían improvisado los considerados dueños.     

Desde ese incidente los habitantes de este pueblo ya no duermen tranquilos y se han formado grupos para hacer guardia, según evidencian los ojos enrojecidos del líder comunal que estuvo de celador la madrugada del lunes pasado.
En ese momento se dio otro incidente en el que la comunidad se defendió con piedras y palos. Los 4 policías que resguardan la localidad ya no podían contener el problema.

El pedido de auxilio que se generó a través de las redes sociales provocó que el Presidente de la República designara al ministro del Interior, José Serrano, para que verificase lo acontecido en el poblado. Y efectivamente, el secretario de Estado llegó al lugar el pasado martes, acompañado del gobernador del Guayas, Rolando Panchana.

Los que recorren el camino entre la comuna y Puerto Engabao pueden observar los contenedores quemados. En ellos se transportaban las casas prefabricadas que también fueron consumidas por el fuego. Quien se desvía por los pequeños caminos de tierra se encontrará con el bosque seco, característico de la zona y en medio de este terreno ubicado entre la carretera y la playa es donde están los escombros de las casas de caña quemadas.


Al llegar a Puerto Engabao la actitud de su gente es similar a la de quienes están en la comuna, salvo una mujer de 66 años que vive sola. Ella menciona que casi fue víctima de los ‘invasores’.

“Ayer me tocó hacer guardia”, dice la mujer, quien señala que se jubiló y ahora vive tranquilamente en el Puerto.


La dueña de uno de los restaurantes de la zona dice que prefiere no meterse y un poco molesta indica que lo único que ella sabe es que tiene años viviendo en el lugar y que espera que los representantes de la comuna sean los que resuelvan, porque “estas son tierras ancestrales, siempre ha sido así”.

A la comuna ha llegado Silka Sánchez, representante de la empresa Tosquini, que levantó un muro al pie de la playa, en el Puerto. Son los mismos terrenos que reclama Campibo, de Fabricio Correa. Estos fueron inspeccionados la semana pasada por la jueza Blanca Daza, quien afirmó que su presencia no quiere decir que haya una resolución, según trascendió en medios de comunicación.     

Ahora este litigio está en manos de la justicia, aseveró la alcaldesa de Playas, Miriam Lucas. Ella manifiesta que respaldarán a los comuneros y que se encargará de mantener la calma.  

Luego de la visita de Serrano, la semana pasada, el número de uniformados se incrementó en la comuna, pero la última palabra para resolver el problema la tiene la justicia.

Datos

Tanto Fabricio Correa, representante de la empresa Campibo, como Silka Sánchez, de Tosquini, dicen que tienen documentos que los acredita como propietarios de la tierra que ahora es ocupada por la comuna.

El 4 de enero de 1995 el Magap emitió una sentencia en donde se reconoce que las 7.427 hectáreas corresponden a tierras ancestrales de la comuna Engabao. Esto fue ratificado en un documento emitido por la entidad en septiembre de 2014, según la documentación entregada por los comuneros.

Los habitantes de Engabao muestran un comunicado emitido por el Municipio de Playas en el año 2000 en el que desconoce la existencia de una hacienda denominada Mercedita y asegura que se trata de tierras ancestrales de la comuna Engabao.

El sitio antes era conocido como Punta Piedra.

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