Una oportunidad perdida. Así calificó el gobernador de Río de Janeiro, Luiz Fernando Pezao, a la falla de las autoridades en descontaminar la Bahía de Guanabara, que baña parte de las costas de la ‘Ciudad Maravillosa’ y que es centro de polémica en el marco de la preparación para los Juegos Olímpicos de 2016.   

Si bien el Comité Olímpico Internacional (COI) aprobó el lunes el ritmo de las obras y la preparación a poco menos de un año de que comiencen los primeros Juegos Olímpicos sudamericanos, la atención está fijada en las aguas públicas donde se realizarán las competencias de remo y vela. La vela tendrá el evento test el próximo sábado bajo la mirada mundial luego de que la agencia de noticias estadounidense AP denunciara, con base en exámenes de laboratorio, que hay toxicidad, producto de los desechos cloacales en la Bahía de Guanabara.    

El gobernador de Río descartó que el agua pueda estar intoxicada o hacer mal a la salud, aunque calificó de “lamentable” no poder llegar al objetivo de retirar la contaminación del lugar. En 2009, cuando la ciudad fue elegida como sede para 2016, prometió descontaminar el lugar en un 80% y no se ha llegado ni al 45% a un año de la competición. Menos de la mitad de los desechos cloacales son tratados antes de llegar a la Bahía de Guanabara, reconoció Pezao.

Para el público de la vela, por ejemplo, el gran ausente es el legado ambiental de la limpieza de la Bahía de Guanabara. “El problema no es el agua para los competidores, está demostrado, sino los residuos flotantes, que pueden arruinar una competición”, dijo a EL TELÉGRAFO el velerista Lars Grael, medallista olímpico y hoy presidente de la Comisión Nacional de Atletas que aconseja al Ministerio de Deportes.

El jefe del gabinete del gobernador Pezao, Leonardo Espíndola, explicó que el Gobierno instalará 9  barreras de basura en los ríos que desembocan en la Bahía de Guanabara y que hay 19 barcos destinados a limpiar la basura flotante en un lugar donde los desechos provienen  principalmente de ocupaciones irregulares, como decenas de favelas sin tratamientos cloacales.  

El gobernador dio explicaciones a la prensa internacional sobre la falta de cumplimiento de la promesa. Indicó que la compañía de saneamiento estaba quebrada y que hubo que recuperarla financieramente para que pudiera volver a trabajar en condiciones deseables.

El agua parece destinada a darle dolores de cabeza a la organización: es que la prensa estadounidense atribuyó en un primer momento a la mala calidad del agua de la laguna Rodrigo da Freitas, en el barrio de Ipanema, la intoxicación de 19 atletas que participaron la semana pasada en el evento test del remo olímpico.  

“Hasta ellos mismos no tienen certeza de que fue por el agua, es por la alimentación. Los exámenes hechos en el agua pasaron la realización de la prueba”, dijo el gobernador, tras lo cual el equipo estadounidense atribuyó el malestar de los atletas a problemas con el viaje y el cambio de horarios.

El 5 de agosto pasado, cuando se realizó la ceremonia de la cuenta regresiva del año que falta para el inicio de los Juegos Olímpicos, la presidenta Dilma Rousseff dijo que Río será el escenario más majestuoso de la historia de la competición, además de la Grecia antigua.  

Esta semana, una misión del COI llegó a Río y manifestó su beneplácito con el ritmo de las obras en los cuatro polos deportivos en los que se distribuyó la ciudad. “Es el momento de que Brasil muestre lo que puede hacer, su capacidad. Superamos muchos desafíos y estamos en el buen camino. Los cuatro eventos test (triatlón, hipismo, remo y voleibol) fueron aprobados por atletas y dirigentes. No podemos olvidar que queda mucho por delante aún”, afirmó la presidenta de la Comisión de Coordinación de Río 2016, la marroquí Nawal El Moutawakel.   

El fin de semana, decenas de embarcaciones salieron de la Marina da Gloria, puerto deportivo municipal de Río, para protestar contra la contaminación en la Bahía de Guanabara, convocadas por la ONG ambiental Baía Viva. (I)