El gobierno de Venezuela no reconocerá cualquier iniciativa en la Organización de Estados Americanos (OEA) frente a la grave crisis política y económica venezolana, anunció el Ministerio de Relaciones Exteriores a través de un comunicado.

La canciller, Delcy Rodríguez, denunció que las acciones del secretario general del organismo, Luis Almagro, son ‘ilícitas, ilegítimas, fraudulentas e intrusivas’.

A su vez, Rodríguez solicitó a la presidencia pro témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), ejercida por El Salvador, la realización de una reunión extraordinaria de cancilleres para denunciar los actos violentos ocurridos durante las protestas de estas últimas semanas.

Ayer, en Washington, la OEA convocó a una reunión de cancilleres para tratar la crisis política en Venezuela por las protestas contra el gobierno de Nicolás Maduro que ya han registrado 28 muertos, según la Fiscalía (29 según el jefe de estado), 437 heridos y 1.289 detenidos por disturbios y saqueos.

La oposición inició las manifestaciones el 1 de abril en rechazo a una sentencia con la que el máximo tribunal se adjudicó las funciones del Legislativo. Ellos acusan al gobierno de represión y este a sus adversarios de hacer ‘actos de terrorismo’ para dar un golpe de Estado y propiciar una intervención extranjera.

Rodríguez advirtió además que recibió el martes una orden de Maduro de “iniciar el procedimiento de retiro de Venezuela” del ente hemisférico en caso de llamarse a un encuentro de los ministros de Exteriores de los países miembros sin el aval de Caracas.

La petición de la OEA fue presentada por Argentina, Barbados, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, Honduras, Jamaica, Guatemala, México, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay, atribuyéndole ‘carácter urgente’ y fue aprobada por 19 naciones.

“La OEA está descalificada para atender asuntos relacionados con Venezuela porque ha sido instrumentalizada para despropósitos, arbitrarios, parcializados”, agregó la Cancillería venezolana.

Las protestas continúan

En Caracas, ayer los opositores, vestidos de blanco y llevando banderas venezolanas, se concentraron primero en varios sectores con la meta de llegar a la sede de la Defensoría del Pueblo, en el centro de la ciudad, considerado un feudo chavista, donde hasta ahora no han podido entrar. Sin embargo, los agentes antimotines les impidieron avanzar para evitar más enfrentamientos con los adeptos progubernamentales que respaldan al gobierno de Maduro.

Con el rostro cubierto con pañuelos y capuchas, algunos incluso con máscaras antigás, un grupo de jóvenes respondía a las fuerzas de seguridad con piedras y otros objetos, en la estratégica autopista Francisco Fajardo, en el este de Caracas. La militarizada Guardia Nacional, que acudió en refuerzo de la policía, arrojaba también perdigones y, desde camiones antimotines, potentes chorros de agua.

Algunas bombas caían entre la multitud y en el oeste de la ciudad, en Santa Mónica, los gases llegaron a afectar a niños que estaban en las escuelas. En otras ciudades, como en San Cristóbal (Táchira, fronterizo con Colombia).

Sin ceder terreno, los seguidores del chavismo también marcharon por el centro - sitio de sus concentraciones- en las afueras del palacio presidencial de Miraflores. “Estamos movilizados por la revolución, por nuestro presidente. Llamamos a la oposición a que salga de ese camino violento”, declaró el joven Freddy Gutiérrez, vestido con los colores de la bandera venezolana.

Ambas partes llaman al Papa

Para calmar las aguas, el presidente Nicolás Maduro expresó querer elecciones, pero se refiere a los comicios regionales, que en 2016 fueron postergados y aún no tienen fecha, descartando un adelanto, como piden sus adversarios, de las presidenciales previstas para diciembre de 2018.

El mandatario venezolano también ha llamado al diálogo y pidió el acompañamiento del papa Francisco. Por su parte, Henrique Capriles, líder de la oposición, también mencionó ayer en una entrevista con el diario argentino La Nación que desea la ayuda del Sumo Pontífice para llegar a un consenso.

“¿Qué mejor papa que el papa Francisco? ¿Qué mejor oportunidad, teniendo un papa latino, contar con el apoyo de la Iglesia? Siendo Venezuela un país donde la mayoría de los venezolanos somos católicos”, enfatizó Capriles. Sin embargo, el director de la página religiosa Il Sismógrafo, Luis Badilla, dijo en Roma que el gobierno y la oposición “usan al papa y al Vaticano y son poco fiables”.

Maduro, cuyo mandato concluye en enero de 2019, asegura que sus adversarios hacen “terrorismo” y tienen un plan apoyado por Estados Unidos para derrocarlo y propiciar una intervención extranjera. (I)   

DATOS

Líderes de la autodenominada Mesa de la Unidad Democrática (MUD) aseguran que hay posibilidad de elecciones anticipadas en Venezuela pero es el Poder Electoral (CNE) el que define y convoca a elecciones.

El Poder Electoral definió un cronograma que establece elecciones de gobernadores a finales del primer semestre de 2017 y de alcaldes a fines de ese año. Sin embargo, el presidente Nicolás Maduro dice estar dispuesto a anticipar los comicios locales.

En Venezuela las elecciones presidenciales se llevan a cabo cada seis años. Siendo las últimas, las que dieron como ganador al actual presidente Nicolás Maduro para el período 2013-2019. Las futuras elecciones serán en el año 2019 cuando termine el período constitucional.

Según la Fiscalía, el mes de protestas dejó hasta ahora 27 muertos, 437 heridos y 1.289 detenidos. (I)