Un proceso de desestabilización está en marcha en Argentina
La palabra que más se ajusta a lo que sucede hoy en Argentina es extorsión. Curiosamente cuando se cumplen 30 años de la recuperación democrática, el 10 de diciembre de 1983, las fuerzas policiales de varias provincias mantienen en vilo a la sociedad. Más allá de la justicia de sus reclamos salariales, el masivo acuartelamiento policial deja a la población a merced de delincuentes y grupos organizados que aprovechan las zonas liberadas para saquear pequeños comercios y grandes supermercados, perpetrar robos a mano armada y crear caos y zozobra en el país austral.
Los argentinos miran hoy de reojo el amotinamiento que sufrió Ecuador en 2010 que puso en serio riesgo a la democracia. El abandono de tareas ha dejado a vastas zonas de Argentina bajo el imperio de la ley del más fuerte. Se trata de un colectivo armado que ha adoptado una sindicalización de hecho. Y una protesta extrema, que deja indefensa a la población, no puede sino calificarse como chantaje y extorsión no solo a los distintos gobiernos provinciales, más allá de sus banderas políticas, sino también al ejecutivo nacional de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y a la democracia argentina.
El 10 de diciembre de 1983 el expresidente Raúl Alfonsín juraba como presidente de la nación después de siete años de terror de una dictadura que dejó 30.000 desaparecidos. Hoy, 30 años después, la protesta policial busca torcerle el brazo al poder político.
Lo curioso es que esta situación de saqueos se viene repitiendo sistemáticamente en los meses de diciembre. Pasó el año pasado en San Carlos de Bariloche, donde quedó en evidencia que eran grupos organizados que estaban detrás de ese accionar.
En diciembre de 2001, la violencia y los saqueos que terminaron con el gobierno de Fernando de la Rúa (1999-2001) se derivaban de la peor crisis social de la historia. Había hambre. La gente más desprotegida saqueaba supermercados. Hoy, los saqueos no solo afectan a las grandes cadenas de supermercados, sino también a pequeños comercios, tiendas de ropa y locales de electrodomésticos. En Córdoba se han visto imágenes de un hombre que subía mercadería robada en un automóvil Audi.
El gobierno denuncia que está en marcha un proceso de desestabilización. En las redes sociales hay cadenas que llaman a saqueos masivos para el 20 de diciembre, aniversario de la caída de De la Rúa. Los gobiernos provinciales negocian contrarreloj con la policía para destrabar los conflictos. Deberán plantearse además por qué dejaron deteriorar de tal manera la situación ante el reclamo policial, que no es nuevo.
También el Gobierno Nacional deberá tomar nota de la situación social que, lejos de ser explosiva, enciende la alarma en medio de una elevada inflación. Pero en la mesa de negociación con la policía hay un arma apuntando directamente contra la democracia argentina.
