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Turquía libra una guerra contra el Estado Islámico
Estambul.-
Un aeropuerto internacional atacado con bombas, un embajador asesinado, una masacre en una discoteca, una explosión fuera de un juzgado son los recientes ataques que muestran cómo Turquía es golpeada por el terrorismo.
En el país se registraron más de 25 ataques terroristas entre 2015 y 2016, la mayoría en el sur y sureste del país, en las regiones fronterizas, dirigidos contra militares y policías. También se produjeron sangrientos ataques en Estambul y Ankara, capitales comercial y política, respectivamente, con numerosas víctimas fatales.
Y la primera reivindicación directa del autodenominado grupo Estado Islámico (EI) de un atentado en suelo turco —la matanza en la discoteca Reina de Estambul, ocurrida en el primer día del año nuevo— hace temer por una escalada de ataques en el país.
Tras el atentado contra la discoteca, que provocó 39 muertos y decenas de heridos, el gobierno turco afirmó que reforzará su lucha contra las organizaciones terroristas, que ya representan una amenaza potencial para el país.
Antes de esta matanza, cuyo autor es buscado intensamente, el EI no había reivindicado directamente atentados en el país, salvo asesinatos de activistas sirios. Pero, Ankara le había atribuido varios ataques contra blancos turísticos.
Para los analistas la participación de Turquía en la ofensiva contra los yihadistas, lanzada por la coalición internacional liderada por Estados Unidos, convirtió al país en uno de los principales blancos del EI.
Para Sinan Ülgen, presidente del Center for Economics and Foreign Policy (EDAM) y profesor invitado en Carnegie Europa, la operación turca en Siria cambió la posición del EI respecto a Turquía.
“El EI decidió atacar ostensiblemente a Turquía”, mencionó. “Todas las etapas fueron franqueadas, la batalla comenzó. No hay motivos para que el EI no asuma la responsabilidad de este atentado”, resumió Ülgen.
En un comunicado en las redes sociales, el EI indicó que “uno de los soldados del califato” atacó la discoteca, mientras el ejército turco se lanzó hace semanas en combates sangrientos en Al Bab, un bastión del EI en el norte de Siria.
Gobierno reafirma lucha contra terrorismo
El Estado Mayor turco anunció que 18 terroristas del EI murieron en combates y bombardeos el lunes pasado en Al Bab.
En tanto está “bajo presión en Siria”, explica Ülgen, el EI quiere “demostrar que tiene la posibilidad de funcionar y orquestar atentados fuera de esas fronteras”.
Solo en diciembre se reportaron 3 ataques. El día 19 el embajador de Rusia en Turquía, Andrei Karlov, fue asesinado en Ankara por un policía turco que afirmó actuar para vengar la tragedia de la ciudad siria de Alepo. El atacante gritó consignas islamistas como “Alá es grande” y “No olviden Alepo, no olviden Siria”. Moscú calificó de “ataque terrorista” el asesinato de su representante.
Dos días antes, al menos 14 soldados turcos murieron y decenas de personas resultan heridas en un atentado suicida atribuido al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) contra un autobús que transportaba militares a Kayseri, en el centro de Turquía.
Mientras el 10 de diciembre se registró un doble atentado en el centro de Estambul, que dejó 44 muertos y un centenar de heridos. Un coche bomba explotó cerca del estadio de fútbol del Besiktas al paso de un autocar con policías y un kamikaze se inmoló menos de un minuto después, en medio de un grupo de policías en un parque cercano.
Aunque el atentado en el estadio fue reivindicado por los Halcones de la Libertad del Kurdistán (TAK), un grupo radical kurdo próximo al Partido de los Trabajadores del Kurdistán, el EI figuraba como uno de los posibles autores.
El primer ministro turco, Binali Yildirim, afirmó entonces que su país continuará “luchando contra el terrorismo donde quiera que sea”.
Ankara ‘principal enemigo’ del EI
Al comienzo del conflicto sirio, Turquía fue acusada por sus aliados occidentales de ignorar la amenaza del EI, incluso de apoyarlo en su lucha contra el presidente (sirio) Bashar al Ásad. Acusaciones que Ankara rechazó.
Desde que interviene en Siria, Turquía es frecuentemente amenazada por el EI y el presidente Recep Tayyip Erdogan figura en imágenes de propaganda de los yihadistas. Destaca especialmente un video difundido el mes pasado en que 2 presuntos soldados turcos eran quemados vivos por el EI. Ankara confirmó que 3 de sus efectivos son cautivos del grupo, pero no hay elementos para autentificar las imágenes.
En el último número de la revista Dabiq, en agosto, el EI señalaba a Turquía como su “principal enemigo”, según Charlie Winter, investigador del Centro internacional de estudios de la radicalización y la violencia política del King’s College (Londres).
“Turquía se está enredando cada vez más en el lodazal sirio”, le dijo a CNN Fadi Hakura, un experto del centro de pensamiento británico Chatham House. “Mientras Turquía esté involucrado en la implosión siria, la inestabilidad allí cruzará la frontera e impactará en la seguridad”.
Al inicio de la guerra civil siria, en marzo de 2011, Turquía, bajo el mando de Recep Tayyip Erdogan, apoyó a los rebeldes, musulmanes suníes, en su lucha contra el régimen de Bashar al Ásad, quien es alauita.
“Erdogan fue uno de los jugadores principales que escogió bandos en el conflicto sirio para acelerar la caída de al Ásad en Siria”, dijo Hakura. “Él metió profundamente a Turquía en el conflicto, lo que ha producido el violento retroceso que vemos actualmente en Turquía”.
Turquía había dejado solo a EI, y este dejó a Turquía relativamente tranquilo en cuanto a ataques, aunque combatientes y suministros llegaron a Siria a través del país. En el momento en que Turquía decidió tomar más precauciones, los yihadistas habían establecido muchos puntos de apoyo y hecho muchos partidarios, explica el experto.
Luego Turquía lanzó su más grande operación militar en Siria el pasado verano, apoyando a las fuerzas de oposición para que expulsaran a EI de un área estratégica a lo largo de la frontera y bloquear futuros avances de los kurdos sirios aliados con los separatistas turcos. El avance obtuvo la aprobación de Rusia y el apoyo aéreo de Estados Unidos. Una alianza que molestó a los yihadistas.
La cuestión kurda
Los kurdos, un grupo étnico de Medio Oriente, han influenciado de manera creciente en la región, luchando por su autonomía en Turquía, y jugando un prominente rol en el conflicto sirio.
El presidente Erdogan hizo las paces con la población kurda turca hace pocos años, pero comenzó a atacar a las fuerzas kurdas a través de la frontera con Siria. Unas elecciones anticipadas afectaron el voto kurdo y pusieron de nuevo a Erdogan en el poder. Y para 2016, la ya conocida insurgencia kurda estuvo de regreso.
El militante Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) atacó en su mayoría a personal militar y de policía, pero los Halcones Kurdos de la Libertad (TAK), una disidencia nacionalista, fue la que realizó el reciente ataque contra un estadio de fútbol en Estambul.
“Uno de los problemas con cualquier potencial cese del fuego con el PKK es que es un asunto emocional”, aseguró Simon Waldman, investigador visitante del King’s College de Londres.
“Cuando miras al PKK y a los ataques que ha cometido, especialmente cuando atacan a personal de seguridad, a la policía y las fuerzas armadas... es muy difícil emocionalmente para los políticos turcos tener alguna suerte de alto al fuego”, expresó Waldman.
La cuestión kurda puede ser manejada eficazmente a través de un programa de derechos humanos y democracia, dijo Hakura, enfatizando en que este tacto es esencial para mejorar la seguridad en Turquía. (I)
Un oficial de policía turco de fuerzas especiales patrulla durante la ceremonia fúnebre de dos agentes, que murieron durante el atentado de un coche bomba en Izmir, el pasado 5 de enero. Foto: AFP
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La base aérea de Incirlik es clave en ataques
Las divergencias surgen entre Turquía y Estados Unidos sobre la guerra siria
Turquía anunció esta semana que se reserva el derecho de cerrar la base aérea de Incirlik a la coalición internacional que lucha contra los yihadistas en Siria, con las tensiones entre el gobierno turco y Estados Unidos como telón de fondo.
“El derecho a decir ‘vamos a cerrar Incirlik’ siempre está en nuestras manos, pero, como ya lo he dicho, las condiciones serán evaluadas”, declaró Ibrahim Kalin, portavoz del presidente Recep Tayyip Erdogan.
Sin embargo, añadió que esta cuestión no tiene por ahora un carácter “urgente”.
Turquía ha puesto desde 2015 su base aérea de Incirlik (sur) a disposición de los aviones aliados que realizan operaciones contra los yihadistas en Siria.
Pero, actualmente se plantean profundas divergencias entre Turquía y Estados Unidos sobre el caso sirio, en particular a causa del apoyo estadounidense a las milicias kurdas sirias, que Turquía considera como grupos terroristas derivados del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
El ministro de Relaciones Exteriores turco, Mevlüt Cavusoglu, ya se había cuestionado sobre la conveniencia de dejar a las fuerzas estadounidenses utilizar Incirlik, en tanto en su opinión no apoyan “las operaciones más importantes” realizadas en Siria.
Las fuerzas turcas se han implicado desde hace varias semanas en los combates contra el Estado Islámico (EI) para arrebatarles la ciudad de Al Bab, en el norte de Siria, junto a los grupos rebeldes sirios que son sus aliados. A pesar de sus repetidas demandas, el presidente Erdogan no ha obtenido el apoyo de la coalición para estos ataques.
Turquía y Estados Unidos cooperan “en casi todos los dominios”, había añadido Cavusoglu, según la agencia de prensa oficial Anadolu. “Pero, el hecho es que atravesamos por ‘una crisis de confianza’”, apostillaba.
Incirlik tiene “un valor inestimable” para las operaciones de la coalición contra el EI, subrayó a su vez el coronel John Dorrian, un portavoz militar de la coalición. (I)