Siria recupera el control de las fronteras con Irak y Turquía
Los intentos de los rebeldes sirios de tomar el control de Damasco y Alepo y de las fronteras del país desataron ayer nuevos combates entre las tropas gubernamentales y los insurgentes.
Después de una semana de violentos enfrentamientos en la capital, los choques entre las fuerzas del régimen de Bachar al Asad y los rebeldes del Ejército Libre Sirio (ELS) se extendieron a la segunda ciudad del país -Alepo-, que como Damasco se había mantenido hasta hace poco al margen del conflicto.
Los enfrentamientos se registraron en los barrios centrales de Al Yamiliya, Al Meridiyan y Al Zabadiya, así como en zonas del suroeste de la ciudad.
Al respecto, la agencia oficial Sana informó que el Ejército persigue en Alepo y en Damasco -en especial en Al Mezzeh y Barzeh- a "grupos terroristas".
Además de en Damasco y Alepo, las operaciones de las fuerzas del régimen siguieron actuando en otras provincias como Homs (centro), Idleb (norte) y Deir el Zur (este), en una jornada que se saldó de nuevo con decenas de muertos, según la oposición.
Otros frentes de batalla son las fronteras con Irak y Turquía, cuyos pasos cayeron en manos rebeldes en días pasados.
Sin embargo, el Ejército sirio recuperó ayer el control del paso fronterizo con Irak de Al Yarbia, del que se habían apoderado la víspera los insurgentes.
El ELS controla desde el pasado jueves el cruce de Al Bukamal, mientras que un tercer paso en Irak, el de Al Walid, todavía se mantiene en pugna.
Los rebeldes también tienen en su poder desde ese día dos cruces en la frontera con Turquía, el de Bab el Haua y Bab el Salama.
En otro punto, policías libaneses denunciaron ayer que tropas sirias entraron en dos ocasiones en Líbano y bombardearon la zona fronteriza de Al Yura.
Una unidad siria, compuesta por veinte soldados, irrumpió en Al Yura, cerca de la localidad fronteriza de Qaa, en el valle oriental de la Bekaa.
En cambio, el Gobierno de Jordania expresó ayer su preocupación por la situación de seguridad en su frontera con Siria y anunció que tomará todas las medidas necesarias para evitar cualquier "violación" que pueda afectar a la seguridad nacional.
El portavoz oficial del Ejecutivo, Samih Maayta, explicó que la sesión del gabinete de ayer estuvo centrada en "la escalada en los acontecimientos en Siria y sus implicaciones en Jordania".
Entre estas implicaciones, figura el creciente número de refugiados que huyen de Siria a Jordania y "la carga que representan para el país", según el portavoz.
Maayta agregó que las autoridades estudian el modo de regular el flujo de refugiados sirios y de proteger las fronteras.
Asimismo, Habib Bakir, del Comité de Relaciones Exteriores del Frente Democrático para la Liberación de Palestina, señaló que sus compatriotas tienen una “línea roja” de no involucrarse en el conflicto.