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La otan y turquía denuncian acoso de aviones

Rusia busca con los bombardeos una salida política a crisis siria

Un piloto ruso revisa un avión Sukhoi Su-30, en la base siria de Latakia. Desde allí despegan las naves. Foto: AFP
Un piloto ruso revisa un avión Sukhoi Su-30, en la base siria de Latakia. Desde allí despegan las naves. Foto: AFP
07 de octubre de 2015 - 00:00 - Agencias RT y AFP

El portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, aseguró que la acción militar de su país en Siria está destinada a lograr un arreglo político de la situación en el Estado árabe.

“La vía política, una solución política es el objetivo final de todas las acciones de Rusia”, precisó Peskov. De acuerdo con el secretario de prensa del presidente Vladimir Putin, el arreglo político en Siria es también el único propósito de las autoridades sirias y la comunidad internacional.

“Este es el objetivo final y único de la comunidad internacional, hay unanimidad absoluta. Asimismo, la vía política es una meta absoluta de las autoridades sirias, lo que nosotros mismos hemos escuchado en numerosas declaraciones en las últimas semanas”, recalcó.

Desde el 30 de septiembre, a petición del presidente sirio Bashar al Asad, Rusia inició ataques aéreos contra objetivos del grupo terrorista Estado Islámico (EI). En la acción se emplean los bombarderos Su-25, Su-24M, Su-34. Según el Ministerio de Defensa, la aviación rusa ya ha perturbado significativamente el sistema de mando y la logística de los militantes y causó daños en la infraestructura de preparación de los terroristas suicidas.

De hecho, las fuerzas aéreas rusas destruyeron la base del grupo terrorista Estado Islámico cerca de la localidad de Suhni, que está ubicada a unos 28 kilómetros de la ciudad de Palmira. En el ataque murieron 40 extremistas.

“El ataque aéreo se produjo cerca de Suhni. La base del EI está destruida, varios vehículos de combate y camionetas del grupo terrorista que fueron estacionados cerca de la base también están destruidos, cerca de 40 terroristas fueron asesinados”, informó la agencia de noticias RIA Novosti.

De acuerdo con los reportes de los militares sirios, en la base destruida se encontraban depósitos de municiones de los terroristas del EI y una fábrica donde se producían explosivos.

Los medios occidentales informaron que las fuerzas aéreas rusas efectuaron supuestamente ataques contra Palmira. Sin embargo, el representante oficial del Ministerio de Defensa ruso, el general Ígor Konashénkov, calificó estos mensajes de “mentira absoluta” y declaró que las acciones de la aviación rusa en Siria no iban dirigidas contra “las localidades pobladas y mucho menos contra los monumentos arquitectónicos que allí se sitúan”, que son blancos de los radicales.

Tensión con Turquía

Por otro lado, el Ejército turco denunció el acoso que sufrieron sus aviones F-16 por parte de un MiG-29 no identificado en la frontera siria.

“Ocho aviones F-16 turcos llevaban a cabo vuelos de reconocimiento sobre la frontera turco-siria y, durante su misión, nuestros aviones estuvieron en la mira de un MiG-29 no identificado durante un tiempo total de cuatro minutos y 30 segundos”, indicó el Ejército de Turquía en un comunicado.

Las Fuerzas Armadas turcas también se refieren a otro caso de acoso de esos mismos aviones por baterías de misiles tierra-aire desplegados en territorio sirio durante cuatro minutos y 15 segundos.

Previamente, la OTAN acusó a Rusia de haber violado intencionalmente en dos ocasiones el espacio aéreo turco. (I)

Chechenos y rusos vuelven a enfrentarse

No es el principal objetivo de Vladimir Putin, sino un efecto indirecto de su estrategia: bombardeando Siria, la aviación rusa ataca de hecho a chechenos, rusos del Cáucaso, que luchan desde 2012 contra el régimen de Bashar al Asad.

El estudio del mapa de los bombardeos de los cazas rusos desde el 30 de septiembre no deja lugar a dudas: se da prioridad a las provincias de Latakia (oeste), Alepo (norte) e Idleb (noroeste), con lo que se intenta alejar a los grupos armados que acorralan al Ejército sirio.

También son zonas con gran número de combatientes procedentes del Cáucaso ruso, sobre todo chechenos y daguestanos, y de las exrepúblicas soviéticas de Asia central, en particular Uzbekistán y Tayikistán.

Para Thomas Pierret, de la universidad de Edimburgo, se libra un “tercer asalto ruso-checheno” en tierras sirias.

La primera guerra de Chechenia tuvo lugar en Rusia entre 1994 y 1996, y la segunda, a partir de 1999, se convirtió en los años 2000 en una rebelión islamista que corrió como la pólvora por el Cáucaso, sobre todo en Ingusetia y Daguestán.

En Siria, los primeros combatientes oriundos del Cáucaso surgieron en 2012, durante la batalla de Alepo. Tienen reputación de buenos guerreros, gracias a su experiencia en Irak y Afganistán. Los árabes y los afganos los llaman a todos chechenos, tanto si lo son como si no.

Los vínculos entre esta parte de Oriente Medio y el Cáucaso son históricos, recuerda Grigori Chvedov, redactor jefe de la página web especializada en el Cáucaso www.kavkaz-uzel.ru

Al igual que Jordania, el norte de Siria cuenta con numerosas minorías originarias del Cáucaso ruso establecidas desde 1870-1880, tras la guerra ruso-turca.

Actualmente, estima Rami Abdel Rahman, director del Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), que dispone de una red de fuentes en Siria, “al menos 2.000 combatientes vinieron de Chechenia, Daguestán y otras regiones de Rusia”.

En junio, el director del Centro antiterrorista de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), Andrei Novikov, mencionó la cifra de 2.000 rusos en las filas de la organización Estado Islámico (EI) en Siria y en Irak. (I)

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