Turquía indicó que las autopsias realizadas en víctimas del supuesto ataque perpetrado el martes en la provincia siria de Idleb, que causó 80 muertes, confirman que estuvieron expuestos a armas químicas, concretamente a gas sarín.

“Se han hecho autopsias en tres cadáveres que se llevaron de Idleb a Adana (sur de Turquía). Participaron representantes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ). Como resultado se comprobó el empleo de este armamento” dijo el ministro de Justicia turco, Bekir Bozdag.

Este gas inodoro e invisible bloquea la transmisión de las señales nerviosas y provoca una muerte por parada cardiorespiratoria con un contacto con la piel.

El ataque ocurrió el martes, a las 07:00 hora local, en el poblado de Jan Sheijun, cuando las personas aún dormían. El balance de muertos aumenta cada día, puesto que los heridos siguen muriendo. El último conteo arrojaba ayer 86 personas muertas, entre ellas 30 menores.

Siria y Rusia, su aliado, rechazaron ayer las acusaciones sobre el presunto ataque químico.

El presidente estadounidense, Donald Trump, dejó entrever que tomará posibles acciones militares contra el régimen sirio. (I)