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Rajoy tensa la situación del PSOE

El líder del PP, Mariano Rajoy, utilizará a Albert Rivera y Ciudadanos para convencer a los socialistas de que faciliten su investidura.
El líder del PP, Mariano Rajoy, utilizará a Albert Rivera y Ciudadanos para convencer a los socialistas de que faciliten su investidura.
Foto: AFP.
12 de julio de 2016 - 14:02 - Gorka Castillo. Corresponsal en Madrid

Mariano Rajoy comienza a sentir que el mayor obstáculo para formar gobierno en España es él mismo. Ni siquiera Ciudadanos, la formación neoconservadora que lidera Albert Rivera, apoyará su investidura. Así se lo transmitió durante la reunión que ambos políticos mantuvieron ayer para intentar acercar posturas que permitan al candidato del PP acceder a la presidencia del país. “No apoyaremos un ejecutivo con Rajoy al mando”, declaró Rivera quien, sin embargo, dejó abierta una puerta a la abstención de sus 32 diputados para facilitar que el líder derechista gobierne en minoría. La decisión, que se antoja crucial para el futuro del candidato más votado en las últimas elecciones generales, se adoptará durante la reunión de la ejecutiva de Ciudadanos convocada por el propio Rivera para hoy mismo. Si la formación naranja determina votar en contra de Rajoy, el horizonte político volverá a tornarse con el oscuro color que hoy simboliza la celebración de las terceras elecciones anticipadas en menos de un año y la evidencia de que España empieza a ser ingobernable.

Precisamente, a esa presunta incapacidad para el acuerdo se refirió el portavoz parlamentario del PP, Rafael Hernando, al concluir la reunión mantenida por su partido con Albert Rivera. Tras valorar la actitud “constructiva” del líder de Ciudadanos, lanzó un torpedo con carga de profundidad al PSOE al advertirle que la responsabilidad de que no haya nuevas elecciones será “de todos pero no sólo del PP o Ciudadanos”. Los socialistas redoblaron ayer su negativa a facilitar “de cualquiera de las formas posibles y eso incluye la abstención” la investidura de un ejecutivo conservador en España. La principal fuerza de la oposición, sometida a una tensión interna entre bandos que pugnan por el control del partido, se esfuerza estos días por destacar las abismales diferencias que separan su proyecto político del que defiende Mariano Rajoy. “Proponemos dos modelos distintos para salir de la crisis, para combatir la desigualdad, para luchar contra la corrupción. ¿Cómo nos pueden pedir que facilitemos su investidura?”, enfatizó ayer en una entrevista radial el portavoz del Grupo parlamentario socialista Antonio Hernando.

Pero el PP aún tiene tiempo de ablandar las posturas contrarias más recalcitrantes. Mientras perfila la oferta que en los próximos días presentará al líder del PSOE, Pedro Sánchez, ha comenzado a mover peones por el tablero político español. Descontados de antemano los 71 votos de la coalición de izquierda Unidos Podemos, Rajoy ya ha descartado realizar cualquier gesto de disuasión hacia los nacionalistas vascos y catalanes, 24 diputados entre ambos, por lo que ayer centró sus energías en persuadir a Albert Rivera para que ejerza de intermediario ante Sánchez y le haga reconsiderar su obstinada oposición. De hecho, está previsto que el líder de Ciudadanos mantenga un encuentro privado con el secretario general del PSOE horas antes de que se reúna oficialmente con Rajoy. Fuentes del PP alabaron las buenas intenciones de Rivera, pero reconocieron que no son suficientes. Por el momento, la aritmética sigue siendo hostil con la derecha parlamentaria. En el PP calculan que si Ciudadanos se abstiene en la investidura de Rajoy, algo que no tienen asegurado ya que también en esta formación existe mucha oposición, necesitarán al menos otras 45 abstenciones y el único lugar donde pueden encontrarlas están en la bancada del grupo socialista. “Seguimos necesitando la colaboración del PSOE”, afirmaron fuentes del partido conservador español.

Lo que parece aclararse es la fecha del examen parlamentario al que se someterá Mariano para lograr o no su investidura como presidente del gobierno. Según adelantó Albert Rivera al termino de su reunión, “el candidato del PP quiere que se convoque la sesión para la última semana de julio o la primera de agosto como muy tarde”, dijo. Hasta entonces, la presión irá en aumento, especialmente en un PSOE donde Pedro Sánchez empieza a ver que los diques de contención que impuso en su partido hasta la celebración del Congreso se resquebrajan. (I)

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