París avisa a Siria que debe respetar a los observadores
París/ Damasco.-
Francia advirtió ayer a Siria que debe “garantizar libertad total de movimientos” a los 300 observadores militares desarmados que la ONU enviará al país para supervisar el alto al fuego y la aplicación del plan de paz gestionado por el enviado especial de Naciones Unidas y la Liga Árabe, Kofi Annan.
“Si se vuelve a constatar que el régimen sirio no respeta sus obligaciones, el Consejo de Seguridad examinará, a la mayor brevedad, todas las opciones posibles”, recordó el ministro galo de Asuntos Exteriores, Alain Juppé, tras aprobarse la resolución 2043 en la sede de las Naciones Unidas.
De acuerdo con la interpretación de París, el voto “unánime del Consejo de Seguridad constituye un mensaje fuerte a Siria”, que debe respetar, entre otros puntos, la libertad de manifestarse.
“Es también por unanimidad como debemos hacer presión para su plena aplicación. Y, finalmente, es también por unanimidad como deberemos constatar (...) eventuales violaciones y sacar todas las consecuencias”, agregó el jefe de la diplomacia francesa en un comunicado.
Juppé agregó que es consciente de los riesgos que toma la comunidad internacional con esta decisión, “pero frente a la tragedia del pueblo sirio, tenemos el deber de hacer todo lo posible para darle una oportunidad a una solución pacífica”.
“Francia seguirá a la cabeza de los esfuerzos de la comunidad internacional para hacer que cese la represión que se cierne en Siria sobre el pueblo, y permitir que construya libremente la Siria democrática del mañana”, concluyó Juppé.
La misión aprobada por el Consejo de Seguridad prevé una duración inicial de 90 días y, en caso de que se constate que Siria incumple sus compromisos, será ese mismo órgano el que evalúe las medidas a adoptar.
El plan de paz de Annan, en vigor desde el 12 de abril, estipula el cese de las hostilidades, la retirada de los tanques de las ciudades, la liberación de los detenidos de forma arbitraria y el inicio de un diálogo entre el Gobierno y la oposición, entre otros puntos.
Según datos de la propia ONU, cerca de 10.000 personas han muerto en Siria desde que en marzo de 2011 estalló una serie de protestas populares en demanda de reformas, que fueron reprimidas por el régimen con extrema violencia.
La oposición eleva a 13.000 la cifra de fallecidos y denuncia también que otras 10.000 personas están desaparecidas y más de 80.000 han sido arrestadas.
La ONU calcula en 230.000 los desplazados internos por el conflicto y en más de 60.000 los que se han refugiado en los países limítrofes, como Turquía, además de que alrededor de un millón necesitan asistencia humanitaria.
Una fuerte explosión se escuchó ayer en una base aérea del Ejército sirio en la periferia de Damasco, informó el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), sin dar más precisiones sobre las razones del hecho. “Una fuerte explosión fue escuchada en el aeropuerto militar de Mazzé en Damasco”, anunció la OSDH en un comunicado.
El Consejo Nacional Sirio (CNS), principal coalición de la oposición, había instado a los observadores a que visiten inmediatamente Homs para que cesen los “crímenes del régimen sanguinario.
“Los cuerpos de los mártires están apilados en las calles del barrio de Bayada donde la destrucción es aterradora”. El Gobierno y la oposición se acusan mutuamente de violar a diario el alto al fuego. El viernes, la violencia dejó 46 muertos -29 civiles y 17 soldados-, según el OSDH.