Occidente no reconocerá referéndum de Crimea
El Gobierno ruso desoyó las demandas de Estados Unidos y de sus aliados y no frenará el referéndum de adhesión a Rusia que la república autónoma de Crimea celebrará mañana y es rechazado por Ucrania.
Los ministros de Relaciones Exteriores ruso y estadounidense, Serguei Lavrov y John Kerry, no llegaron a ningún acuerdo para desactivar la crisis tras una reunión de seis horas en la residencia del embajador de EE.UU. en Londres.
Al término de la reunión, Lavrov dijo que Rusia respetará “la opinión del pueblo de Crimea”, mientras que Kerry reiteró que “habrá sanciones” si finalmente la Federación rusa incorpora Crimea a su territorio.
El presidente estadounidense, Barack Obama, también advirtió a Rusia que habrá “consecuencias” si “sigue violando” la soberanía de Ucrania. No obstante, afirmó que tiene “la esperanza de que se puede alcanzar una solución diplomática” para la crisis.
El encuentro -el cuarto entre Kerry y Lavrov- se produjo a solo 48 horas de que Crimea celebrara el referéndum para sumarse a Rusia.
La consulta -que tendrá lugar bajo la mirada de tropas rusas- fue calificada de ilegal por el Gobierno de Ucrania y los países occidentales.
Rusia y Estados Unidos siguen “sin una visión común”, indicó Lavrov en una breve conferencia de prensa. La posición de Rusia sigue siendo la de “respeto a la opinión del pueblo de Crimea”, agregó.
Kerry, por su parte, indicó que Estados Unidos y la comunidad internacional no reconocerán el resultado de la votación en Crimea si la estratégica península desea separarse de Ucrania.
Horas antes, sin embargo, Moscú amenazó directamente con intervenir porque “las autoridades de Kiev no controlan la situación en el país”, al día siguiente de que violentos enfrentamientos en Donetsk se saldaran con la muerte de un partidario de la unidad de Ucrania a mano de manifestantes prorrusos.
El de Crimea es el último episodio de una crisis que se inició con las protestas contra el expresidente ucraniano, Viktor Yanukovich, aliado del ruso Vladimir Putin, su derrocamiento y la instalación de un gobierno favorable a un acercamiento con la Unión Europea y a rebajar la influencia de Moscú.
Crimea, cuya población mayoritaría es de origen ruso, respondió con un plan para separarse de Ucrania. Rusia, por su parte, desplegó tropas en esta región ucraniana que es sede de su flota en el mar Negro desde el siglo XIX.
Moscú estrecha el cerco
Mientras tanto, Moscú sigue organizando maniobras militares en la región de Rostov en Don, cerca de la frontera ucraniana.
Unos 4.000 paracaidistas, 36 aviones y unos 500 vehículos participan en estas maniobras, según la agencia oficial rusa Itar-Tass.
La demostración de fuerza se completa con el despliegue en Bielorrusia de seis aviones de combate Su-27 y de tres aviones de transporte militar, en respuesta a los vuelos de aviones radar AWACS de la OTAN en el cielo polaco y rumano.
El grupo público ruso de armamentos Rostejnologuii (Rostec) afirmó que un avión teleguiado (drone) estadounidense de reconocimiento fue interceptado sobre Crimea.
“El drone volaba a unos 4.000 metros de altitud y era prácticamente invisible desde el suelo”, precisó Rostec.
