Miles repudian en las calles plan contra Dilma

“No va a haber golpe!”, fue la consigna de miles de brasileños que salieron ayer a las calles de más de 40 ciudades para defender el gobierno electo de la presidenta Dilma Rousseff, frente a las avanzadas golpistas y los movimientos destituyentes mediante un juicio político en el Congreso. Las manifestaciones fueron una respuesta del oficialista Partido de los Trabajadores (PT), los sindicatos y hasta movimientos sociales críticos con la política económica a la ola ultraconservadora que pide la caída de la mandataria.

En paralelo, el principal impulsor de la ola ultraconservadora contra el Gobierno, el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, sufría una derrota, ya que el procurador general de la República, Rodrigo Janot, lo denunció por corrupción y lavado de dinero.

Cunha, del Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB), del vicepresidente Michel Temer, se pasó a la oposición luego de que buscara sin éxito protección del Gobierno ante las acusaciones en su contra de que recibió $ 5 millones de sobornos de una empresa, en el marco de la corrupción en Petrobras. La misma denuncia formal también se presentó contra el senador y expresidente de Brasil Fernando Collor de Mello (1990-1992).

“No dejaré el cargo”, afirmó Cunha. Precisamente en la figura de esta suerte de líder del Tea Party brasileño, ya que es un financiador de iglesias evangélicas de Río de Janeiro y un extremista contra las libertades individuales y medidas progresistas, también se basaron las protestas.

La Central Única de Trabajadores (CUT), fundada por Luiz Inácio Lula da Silva en 1983, y el PT fueron los principales motores de la movilización. La gran masa, en ciudades como Salvador (noreste) y Curitiba (sur) la aportaron los campesinos del Movimiento Sin Tierra (MST); los estudiantes de la Unión Nacional de Estudiantes (UNE) y los sin techo (MTST) también se sumaron.

En Curitiba, capital del estado sureño de Paraná (limítrofe con Argentina y Paraguay), la izquierda se movilizó con reclamos hacia el juez federal Sergio Moro, quien mantiene en prisión a una decena de ejecutivos de empresas constructoras, a cuatro exdirectivos de Petrobras y a los dirigentes del PT José Dirceu y Joao Vaccari, por el escándalo de coimas en la petrolera.

Varias pancartas preguntaban ‘Moro, ¿dónde está el PSDB?’ en referencia a dirigentes del principal partido opositor y sus vínculos con las donaciones de campaña investigadas por el magistrado. “La lucha contra la corrupción no puede tener un lado, no se puede luchar por la corrupción apenas mirando hacia un partido”, dijo el dirigente de la CUT, Roni Barbosa.

El Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), del expresidente Fernando Henrique Cardoso, se sumó a los movimientos de ultraderecha que el domingo pasado pidieron en las calles la renuncia de Rousseff. Esta ofensiva inédita del PSDB -que pierde elecciones presidenciales desde 2002- ha dado más energía a los movimientos sociales para rechazar el golpe contra la democracia. (I)

Rousseff recibe promesas de inversión de Merkel

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, logró ayer, en la jornada de defensa de su mandato, un importante apoyo como líder de la séptima economía del mundo por parte de la canciller Ángela Merkel, jefa del Gobierno alemán.

Merkel destacó la lucha contra la pobreza y el liderazgo en cuestiones ambientales frente a la cumbre climática de la ONU de diciembre, en Francia, por parte de Brasil. “Siempre es importante continuar y ampliar el éxito, no quedarnos parados frente a la inseguridad que da la crisis internacional, no cruzarnos de brazos y seguir con el desarrollo, eso es lo que esperan los ciudadanos”, afirmó.

La visita de Merkel prometió inversiones germanas en un Brasil que busca capitales extranjeros para su programa de infraestructura e innovación tecnológica: es por eso que esta reunión inaugura el consejo de diálogo intergubernamental.

El principal foco de la visita fue la lucha contra el cambio climático, para lo cual Alemania anunció su participación junto con Noruega en el fondo amazónico e inversiones para mejorar la regulación de tierras protegidas en la selva, programas de unos 500 millones de euros, en su mayor parte del banco de fomento alemán KFW.

Rousseff celebró las prometidas inversiones de Alemania con la firma de 17 acuerdos entre ministros y secretarios de Estado de ambos países y anticipó que en la cumbre de diciembre el compromiso de Brasil será deforestación cero en la Amazonía para 2030.

Rousseff y Merkel alabaron las negociaciones para un acuerdo entre la UE y el Mercosur, que deben tener en el último trimestre del año un intercambio de ofertas para el libre comercio. (I)