Los diálogos con el ELN no inician y sufren fisuras
Los diálogos de paz entre el Gobierno colombiano y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) no tienen fecha fija para iniciar. El presidente Juan Manuel Santos reiteró recientemente su llamado al grupo insurgente para que decida sentarse en la mesa de negociaciones. Sin embargo, esta guerrilla, que se caracteriza por su hermetismo y recelo, no da el paso y por el contrario incrementó su escalada de atentados contra la Policía y miembros de las fuerzas militares.
En lo que va del año, el ELN cometió 35 atentados e incrementó el secuestro de ganaderos en las regiones donde tiene influencia, como en el departamento de Arauca, Putumayo y Nariño, casi en la frontera con Ecuador. Su líder máximo es Nicolás Rodríguez Bautista ‘Gabino’, pero ahora tiene como vocero a Pablo Beltrán, quien responsabiliza al Gobierno por las demoras en el inicio de los diálogos.
Organismos de análisis consideran que cerca de 3.000 guerrilleros integran los distintos frentes del ELN. Pero en Bogotá, se preguntan: si son tan pocos, ¿por qué no han sido debilitados por el Ejército colombiano?
La fuerza de sus acciones se concentra contra la estructura petrolera del país. Los guerrilleros tienen distintos frentes que se acomodan a las zonas selváticas por donde exploran los campos petroleros. Su accionar es rematado por acciones violentas por comandos urbanos.
¿Por qué es difícil negociar?
El profesor de la Universidad Nacional de Colombia, Víctor de Currea Lugo, explica que lo más importante para asumir el reto de una negociación con el ELN es, primero, entender su dinámica real, conocer la agenda que se está proponiendo y respetar las reglas de juego. “La agenda que este grupo plantea podría beneficiar al país, pues propone transformaciones políticas para avanzar en la construcción de paz”. Para el académico el plan de la guerrilla hace alusión a la problemática petrolera, inclusión social y política.
Por su parte, el sacerdote jesuita Francisco de Roux señaló que el ELN debe entender que lo que está en juego no es el futuro del mandatario ni el de las FARC, tampoco el de ellos mismos. “Lo que está en juego es la posibilidad de que los colombianos puedan vivir como seres humanos”.
Para De Roux la sociedad civil espera que el ELN entre en el proceso de diálogo y que se transforme completamente en una fuerza política. “Este grupo ya tiene suficiente madurez para dar este paso; además, estoy convencido de que acompañar el movimiento social con las armas es totalmente contraproducente; por eso es necesaria una disposición que lleve a la unidad interna en el ELN y a una comprensión de que el país está pidiendo el fin del conflicto”.
Para Frederick Massé, director del Centro de Investigaciones y Proyectos Especiales (CIPE), de la Universidad Externado, es un hecho que toda Colombia espera por la apertura oficial de las negociaciones con el ELN; sin embargo, en su opinión, hay que tener cuidado con las expectativas. “El proceso es importante, pero no creo que se alcance a recuperar el terreno que las FARC han avanzado”.
En un pronunciamiento suscrito por varias personalidades académicas, políticas y sociales, se instó de manera urgente a que las delegaciones del Gobierno nacional y del ELN se reúnan para definir el inicio de la mesa formal de conversaciones. (I)
Las FARC quieren terminar guerra a fin de año
La guerrilla de las FARC expresó su compromiso y decisión política de avanzar hacia la firma de un acuerdo final para terminar con el conflicto.
Sin señalar si se va a cumplir el pacto con el presidente Juan Manuel Santos de firmar los acuerdos de paz el próximo 26 de marzo, el jefe del equipo negociador de la guerrilla, alias ‘Iván Márquez’, declaró que a finales de 2016 los colombianos podrán contar con un protocolo de paz “que nos permita difundir a los cuatro vientos: terminó la guerra, terminó la guerra”.
‘Iván Márquez‘ regresó a La Habana el pasado jueves tras la polémica suscitada por su presencia en un acto público en una aldea colombiana escoltado por guerrilleros armados.
Según el Gobierno, la presencia de Márquez y otros negociadores en ese acto de ‘proselitismo’ con civiles violó los protocolos que permitían a negociadores de las FARC visitar sus filas para misiones de pedagogía de paz, cuyas condiciones se revisaron después de unos días de tensiones.
“Estamos en un momento decisivo del proceso, que demanda convenir, tanto una definición de los alcances y los contenidos específicos del acuerdo final, como garantizar que todo lo pactado pueda ser efectivamente materializado. Se trata de que lo convenido no quede solamente en el papel a la manera de un catálogo de promesas y de buenas intenciones”, dijo Márquez.
El líder guerrillero también hizo un llamado al Gobierno para definir bilateralmente el mecanismo de refrendación de los acuerdos logrados
en la mesa de negociación, en La Habana, Cuba. (I)