El entramado de corrupción de la constructora Odebrecht se extiende al máximo tribunal del país sudamericano
Las coimas habrían llegado a $ 28 millones
Un nuevo escándalo de corrupción que se agrega a la trama de sobornos de la constructora brasileña Odebrecht tiene hoy en la mira de la opinión pública de Colombia a la Corte Suprema de Justicia (CSJ) del país y a tres de sus expresidentes, quienes habrían recibido sobornos de congresistas investigados por ese tribunal.
El caso, como es habitual en sonados procesos por corrupción, no lo descubrió la Fiscalía General de Colombia, sino la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), que hizo grabaciones telefónicas que comprometen a los exmagistrados de la CSJ Leonidas Bustos (foto), Francisco Ricaurte y Camilo Tarquino.
Los tres exmagistrados, quienes mantuvieron sus influencias en la Corte tras presidirla, habrían intercedido por los congresistas Hernán Andrade, Mussa Besaile y Luis Alfredo Ramos a cambio de coimas que podrían llegar al millón de dólares por cada caso, según la investigación de la DEA.
Ante las evidencias recopiladas por la agencia estadounidense, la Fiscalía colombiana tomó el caso y tanto ese organismo judicial como la CSJ y la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes iniciaron una investigación.
Otro implicado en este caso es el exfiscal anticorrupción de la Fiscalía General, Luis Gustavo Moreno, quien apenas en junio pasado fue capturado y sometido a proceso penal por recibir dinero del exgobernador del departamento de Córdoba, Alejandro Lyons, a cambio de 170.000 dólares.
Moreno, quien fue designado el año pasado en el cargo por el fiscal general Néstor Humberto Martínez, según la investigación, era el intermediario entre congresistas investigados y los exjueces, quienes intercedían por ellos en el máximo tribunal del país. (I)
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Las coimas habrían llegado a $ 28 millones
El caso de corrupción en el máximo tribunal de justicia del país ocupa la atención de los colombianos luego de conocer que los sobornos de la constructora brasileña Odebrecht en Colombia habrían llegado a $ 28 millones.
La indignación es tanta en el país, que el ministro de Justicia, Enrique Gil Botero, aseguró que la corrupción ya “hizo metástasis” y que hay que aplicar correctivos severos para combatirla. (I)