De 100 mil a un millón de dólares es el valor que deben pagar las compañías estadounidenses de taxis amarillos por obtener licencias para  brindar el servicio. “Un valor elevado si se considera que es transmitido a los que alquilamos estas unidades; en mi caso pago $ 100 al día más los costos de gasolina, es decir la ganancia por trabajar 12 horas al día es mínima, sobre todo por que la competencia con Uber es demasiado grande”, señala May González, venezolana radicada hace 20 años en Nueva York.

Uber es una empresa internacional que proporciona a sus clientes una red de transporte, a través de su software de aplicación móvil o app, que conecta a los pasajeros (usuarios) con los conductores de vehículos registrados en su servicio. La empresa organiza carreras con autos que cumplen ciertos estándares, las rutas se pueden visualizar en el propio celular -del usuario- y el pago se hace mediante internet, es decir, no se emplea el efectivo.

El malestar de González no es aislado. Ella al igual que miles de taxistas se considera afectada por la expansión de Uber, que se ha posesionado en 57 países del mundo.

Actualmente compañías legales de taxi han demando a la compañía que nació en California. De hecho, Uber Pop (nombre adoptado en Francia) decidió suspender la actividad de su aplicación desde la semana pasada, después de que la fiscalía del país galo decidiera llevar a juicio a 2 de sus directivos, Pierre-Dimitri Gore Coty y Thibaud Simphal, bajo los cargos de prácticas comerciales engañosas, permitir servicios ilegales de taxi y almacenamiento ilícito de datos personales.

El fallo llegó luego de que los taxistas franceses convocaran a una protesta masiva y denunciaran la “competencia desleal”. Mientras que el presidente francés, François Hollande, instó a su desmantelamiento, ya que, según él, “no respeta ninguna regla” social o fiscal.

En Francia los conductores de Uber no pagan ningún impuesto por su actividad y no tienen que seguir las 250 horas de formación que les exigen las leyes a los taxistas tradicionales.

El peruano Eduardo Parra, conductor de Uber, señala que las protestas no ocurren en todos los países donde se brinda el servicio. “En EE.UU. los taxistas pagan una licencia, pero ellos tienen ventajas como estar en aeropuertos y lugares históricos, sitios a los que no podemos acceder. Es decir, no todo es una maravilla en Uber, además sé que en países como México, los gobiernos tienen la iniciativa de regularlos. Esto incluye un registro oficial y un Fondo Público de Movilidad y Seguridad Vial”, sostiene.

Pero el español Javier Orero explica que en Europa sí se configura una competencia desleal ya que el 39,65% de los ingresos de explotación del taxi van directamente a las arcas del Estado. Es decir por un servicio o carrera de €10; al menos €3,90 son impuestos. En el caso de Uber, el valor es de €0.

“El taxi trabaja aproximadamente 220 días anuales. Los primeros €44 de su trabajo diario van directamente a cumplir con impuestos y obligaciones”, señala Orero en su blog.

La otra cara de la moneda

El colombiano radicado en Miami, Luis Amaya, es un usuario de la aplicación y señala que para él es más cómodo usar un servicio del que no tiene que salir a la orilla de su casa, que no le pide efectivo y que además le brinda más comodidad.

“Es rápido, las unidades son flamantes -en Miami solo validan autos desde 2006 en adelante- , y es seguro porque los usuarios visualizamos las rutas desde nuestro propio teléfono inteligente, es decir, sabemos si tenemos el camino correcto, pero lo más importante es el trato, acá todos se esfuerzan por hacer bien su trabajo. El problema de los taxistas tradicionales es que primero tienes que salir de tu hogar a buscarlos, algunos no te paran, las unidades -a veces- no son muy optimas (aseo, fachada) y además algunos conductores no eran muy amables que digamos. Si tengo que elegir entre un sistema caduco y uno moderno es obvio que voy a elegir al primero”, destaca.

Para el cantante Tom Morrison, que radica en Los Ángeles, Estados Unidos, Uber es una oportunidad laboral  que salva de la crisis económica a las familias. “La industria musical ya no me genera lo mismo que hace años, así que opté por trabajar con este app. La verdad es que las ventajas son múltiples sobre todo porque no dependo de un horario de trabajo y puedo acoplar mis tareas con Uber con mi vida cotidiana”, describe.

Morrison cuenta que para ser conductor de Uber, aplicó a la compañía mediante su página web. “Es un proceso igual que cualquier otra compañía, envié mis documentos y las licencias de mi carro correctamente legalizadas, asimismo mi récord de tránsito y luego de la verificación de la información y de ser evaluado fui a las oficinas de California para sellar el compromiso con la entidad”, detalla.

Agrega que Uber ampara tanto al usuario como a los conductores en caso de algún problema como robo.

En el ámbito económico para él este es un oficio rentable en el que se gana de acuerdo a metas. Obtiene el 70% de sus primeros 15 clientes; desde el número 16 gana el 75% y desde el 30 se embolsa el 80% del valor de las carreras.

La tabla del taxímetro está regulada por la entidad, no por él. Su pago lo recibe semanalmente y directamente a su cuenta bancaria. “Es un trabajo honrado al que acudimos temporalmente varios desempleados o con ajustes económicos. En Europa me imagino que la crisis generó una alternativa de empleo, pero siempre -como en cualquier otro oficio- no todos están contentos”, reconoció.

Aunque para muchos Uber bajó la rentabilidad de los taxistas, para Morrison lo que sucedió fue que los pasajeros migraron con la tecnología, cansados de un servicio caduco. “Creo que una compañía - la que sea- si ofreciera un servicio de calidad contaría con una clientela fiel, pero justamente esos vacíos fueron los que crearon este mercado”, manifiesta.

Para el empresario ecuatoriano de movilidad y seguridad, Gonzalo Rueda, gerente general de la empresa taxiclick.com, esta es una evolución del transporte y aunque Uber no ha llegado a Ecuador, explica que varias de las compañías de taxis ejecutivos ya tienen una app que les ha permitido mejorar el servicio.  

“Es cuestión de adaptarse a las leyes. Nuestra empresa nació como un servicio de carros con conductores, luego nos exigieron regularnos y pasamos a dar un servicio de taxis amarillos ejecutivos bajo el nombre de RuedaCar, pero como somos una empresa activa -desde 2012- estamos migrando a las plataformas on line, pero sin descuidar el sistema de llamadas telefónicas para las personas tradicionales, sobre todo para las que no son muy amigas de la tecnología”.  

Aunque existen aplicaciones de taxi en Ecuador, éstas respetan las leyes vigentes y los propios taxistas se han unido a ellas por lo que no ha existido conflicto, además que no se ha usado la modalidad de Uber. (I)

CRONOLOGÍA

Uber proporciona a sus clientes una red de transporte a través de su aplicación móvil. Actualmente este sistema funciona en 57 países. Los taxistas, sobre todo en Europa, exigen que se regule este servicio ya que al no pagar impuestos, el costo es menor. 

Fundación (03/2009)

Uber nace como un servicio de transporte privado. Es fundado por Garrett Camp y Travis Kalanick, en California, EE.UU.

Imagen (2009)

Inicialmente, los conductores tenían coches de marcas como Lincoln Town Cars, Cadillac Escalade, BMW y Mercedes-Benz S550.

Crean la app (2012)

La empresa añade una selección más amplia de coches y crea la aplicación móvil para sus clientes mediante un software.

Protestas en NY (01/2014)

El uso de la aplicación se difunde. Las carreras de las compañías tradicionales se reducen e inician las quejas de los taxistas.

Investigación (11/2014)

Las autoridades francesas investigan a la empresa estadounidense Uber por su aplicación para teléfonos móviles Uber POP.

Juicio en Francia (03/07/2015)

Uber Pop (Francia) se despide de sus usuarios y cierra la aplicación. Sus directivos esperan un juicio para el 30 de septiembre. (I)