Los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea (UE) adoptaron  ayer  nuevas sanciones unilaterales contra Siria, como parte de una política que intenta asfixiar económicamente a ese país y provocar el derrocamiento del gobierno.

Las medidas prevén congelar los haberes y prohibir las visas en la UE a dos empresas y tres personas, cuyos nombres serán publicados próximamente. Un total de 41 compañías y 126 ciudadanos del país árabe han sido afectados por las sanciones aprobadas por el bloque comunitario durante los últimos meses.

La Unión Europea, aliada de Estados Unidos en su política contra Damasco, también decidió imponer un embargo petrolero contra ese país que ha provocado afectaciones a la población, sobre todo en la adquisición del gas licuado para los hogares. 

El ministro sirio de Petróleo y Recursos Minerales, Sufyan al-Allaw, denunció que las represalias contra el sector petrolero amenazan los medios de subsistencia de su pueblo. Al justificar las nuevas medidas, la Alta Representante de la Unión Europea   para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Catherine Ashton, señaló que “la continua  violencia es terrible”.

Mientras tanto, al menos 23 soldados sirios murieron ayer  en Rastán, en la provincia de Homs, centro de Siria, en violentos combates entre rebeldes y fuerzas leales al régimen de Bashar al Asad. Asimismo, decenas de otras personas resultaron heridas y tres blindados destruidos, precisó el Observatorio sirio de los derechos humanos (OSDH).