“La cooperación sur-sur es una realidad en construcción”

¿La cooperación sur-sur (CSS) es una realidad inacabada?

Es una realidad en construcción. La cooperación sur-sur (CSS) ya tiene desde la década de 1950. Y está en función de 2 variables: el modelo de desarrollo imperante en cada época y en cada país. Y la situación interna de los países. Es difícil hacer CSS, proyectar tus experiencias, tus conocimientos hacia el exterior si no tienes una buena base interna, una fortaleza financiera, técnica, política, sobre todo. Cuando uno ve la experiencia de países tecnológicamente más potentes como Brasil o México, uno ve que hubo años donde la CSS era una retórica que no se concretaba por falta de recursos, por el problema de la deuda (los países están concentrados en sus problemas internos). Y porque había una idea de que el conocimiento se generaba en el norte y fluía hacia el sur.

¿La existencia de pequeños colonialismos en el sur no bloquea el proceso?

El argumento no deja de tener razón, pero en ese caso estamos tomando las excepciones como regla. Nos referimos a China, a Brasil, países con ambiciones geopolíticas. Cuando hablamos de CSS tendemos a centrar el foco en los grandes. Pero mi foco de investigación es la cooperación de los pequeños como Ecuador que está recuperando saberes ancestrales o quebrando paradigmas. Lo que me interesa más es la cooperación entre naciones pequeñas, que aporten a la cooperación internacional. Creo que eso (los colonialismos internos) es una excepción y está muy vinculado a que la CSS es un instrumento de política exterior, tal y como está concebida.

Entonces, la dimensión de las economías no es un problema...

No, yo siempre cito la frase de Buenaventura Dos Santos: “Nadie es tan grande para no necesitar el conocimiento de otro, ni nadie es tan pequeño que no pueda compartir un conocimiento con otro”.
Un ejemplo sería la protección ecuatoriana de los secretos de la flora amazónica.

Sí, y ese es uno de los temas que está en el tapete de las negociaciones Unión Europea (UE)-Ecuador. Propiedad intelectual, biopiratería. Evidentemente, los países tienen que ser muy celosos de su riqueza, porque saben que a veces bajo formas supuestamente solidarias como organizaciones no gubernamentales (ONG), ha habido  robo de conocimientos, de fórmulas, de semillas, plantas, etc.

Pero lo interesante en el caso de la CSS es que quizás no haya que ir a buscar tan lejos ese conocimiento. A veces las soluciones están más cerca de lo que creemos. A mí me llama la atención cómo el potencial en ciencia y tecnología de Brasil no es aprovechado por Ecuador.

Esa falta de conexión entre latinoamericanos obedece a falta de voluntad política, a intereses de las élites de tiempos pasados.

Sí, porque el ideal de desarrollo que se nos había planteado es el de los países del norte; las élites estaban muy orientadas hacia ese modelo y aceptaban su lugar en la división internacional del trabajo sin crítica. Eso ha cambiado: los tiempos políticos son otros, la mentalidad del desarrollo es otra. Y hay un factor importante y que dinamiza la cooperación sur-sur y es el colapso del modelo de desarrollo del capitalismo financiero desregulado que tenemos en la UE o en los EE.UU. En ese sentido, planteo la cooperación sur-norte.

Entonces, ¿hay que abrir el concepto de cooperación frente a la idea de dinero?

Justamente un rasgo de la CSS es que no es de tipo financiero. Mientras la cooperación norte-sur implica una transferencia de recursos, muchas veces, en la sur-sur no hay transferencias financieras, lo que hay es intercambio de conocimientos.

¿No hay intereses?

Claro que hay intereses, pero la cooperación sur-sur es de una filosofía más horizontal.