Insulza no prevé novedades sobre reforma CIDH ni Malvinas en Asamblea de OEA
El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, pronosticó hoy que el debate en la Asamblea General del organismo se centrará en la estrategia ante las drogas y no generará novedades en el contencioso por las islas Malvinas ni el debate que aún espolean algunos países sobre la reforma de la CIDH.
La cita anual de cancilleres de la Organización de Estados Americanos (OEA), que se celebrará del 4 al 6 de junio en Antigua (Guatemala), tendrá como tema principal la búsqueda de nuevas tácticas ante el problema del narcotráfico en el continente.
"La expectativa que tenemos es que se trace un curso de discusión sobre el tema de las drogas", dijo Insulza en una entrevista con varias agencias, entre ellas Efe.
El titular de la OEA confió en que los cancilleres "se atengan al tema" propuesto, pero reconoció que "es posible" que se plantee un debate sobre la posibilidad de imponer más reformas a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), un objetivo que promueve Ecuador, apoyado por Bolivia, Venezuela y Nicaragua.
No obstante, recordó que el tema ya se trató en una Asamblea General Extraordinaria el pasado 22 de marzo en Washington.
"Creo que el camino que se fijó en esa Asamblea Extraordinaria es el que hay que seguir (...). No creo que vayan a pasar en esta Asamblea cosas que no pasaron en la anterior", subrayó, y recordó que el debate al respecto ya ha durado más de dos años.
"Cualquier fortalecimiento que dura más de un año no fortalece", añadió. "Los procesos tienen su principio y su fin. No creo que se fortalezca cualquier sistema promoviendo o desarrollando divisiones entre sus países miembros", continuó.
Recordó que "Venezuela se está retirando del sistema", ya que ha denunciado la Convención Americana de Derechos Humanos y en septiembre dejará de responder al mandato de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH), otro órgano de la OEA.
Insulza confió en que Venezuela retire la denuncia antes de septiembre, porque "todos los temas son superables a través del dialogo entre los Estados miembros".
"No creo que saliéndose de la Corte Venezuela consiga nada, pero son decisiones soberanas", apuntó.
Respecto a los llamados de algunos países para que la sede de la CIDH se traslade desde Washington a un país que sí haya ratificado la Convención, Insulza recordó que la competencia de derechos humanos depende de la Secretaría General de la OEA.
"El plantear una separación, a mi juicio, sería muy complicado. Habría que trasladar la OEA completa", aseguró.
Insulza confirmó que la disputa entre Bolivia y Chile sobre una salida al mar no se tratará en la cita de Antigua, y tampoco prevé que se trate la posibilidad de que Cuba se reintegre en la OEA, dado que el Gobierno de la isla no ha mostrado interés en hacerlo.
Aseguró que "todos los países" que estuvieron en la Asamblea de la OEA de 2009, que levantó la suspensión por la que se excluía a Cuba del sistema desde 1962, "quisieran que ese tema se hubiera resuelto más definitivamente".
"Mientras eso no ocurra, creo que ninguno de los países que estuvieron en 2009 lo va a plantear", pronosticó.
Sí se tratará el reclamo argentino sobre las islas Malvinas, "el único tema que no es multilateral" en la agenda, y según Insulza "se va a aprobar una resolución muy parecida a la de otros años".
En cuanto al tema de drogas, confió en que el informe que él mismo presentó hace dos semanas sea un "insumo" en el debate de los cancilleres, pero no espera "que la Asamblea se centre en él" ni que haya una resolución de apoyo o respaldo a su contenido.
"Esto empieza un debate, no lo concluye", destacó, y confió en que el informe permitirá dar al problema la importancia que merece.
"Cuando se habla de las cosas, los Gobiernos democráticos tienen la obligación de reaccionar. Después de 40 años de lucha contra las drogas, nos acostumbramos un poco a ellas y algunos países no lo ven como algo tan grave", señaló.
Insulza llegará este sábado a Guatemala y se reunirá ese mismo día con el presidente guatemalteco, Otto Pérez Molina, y el canciller Fernando Carrera.