La Organización de las Naciones Unidas (ONU) se declaró “horrorizada” por el incendio ocurrido en un centro de reclusión en Venezuela que dejó 68 muertos.

Además pidió respeto para las familias de las víctimas, tras recibir información de que se usó gas lacrimógeno para dispersarlas.

El único objetivo de esas personas era pedir información sobre sus seres queridos, agregó en un comunicado la Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

La ONU aseguró que el incendio se produjo cuando, según informaciones, se registraba un enfrentamiento entre detenidos y las fuerzas que vigilaban la cárcel.

“Pedimos a las autoridades venezolanas que realicen una investigación completa, rápida y efectiva para determinar las causas de esas muertes, ofrecer reparaciones a las familias de las víctimas y, cuando sea aplicable, se castigue a los responsables”, indicó.

La entidad de la ONU sostuvo que el hacinamiento en las prisiones de Venezuela, así como el hecho de que celdas en instalaciones policiales previstas para detenciones de corto plazo sean usadas como centros permanentes de detención, genera violencia por sus condiciones.

Ello se agrava por los retrasos judiciales y el uso abusivo del recurso de la detención preventiva.

“Los Estados son garantes de las vidas y de la integridad física de las personas privadas de su libertad. Pedimos al Gobierno de Venezuela que adopte medidas inmediatas para mejorar las condiciones de detención y que estas respeten los estándares internacionales de los derechos humanos”, según la misiva.

En medio de esta situación, la ONU pidió a Venezuela ratifique el protocolo opcional de la Convención contra la Tortura para que haya supervisión independiente de las prisiones por parte de una instancia internacional.

Los periodistas alzan su voz
La Junta Directiva del Colegio Nacional de Periodistas, seccional Carabobo, exigió que se garantice el derecho al libre ejercicio del periodismo en la entidad y denunció la agresión de la que fueron víctimas la periodista Ruth Lara Castillo y los reporteros gráficos Gabriel León y Juan Carlos Hernández.

Los directivos del gremio detallaron que comunicadores fueron agredidos por efectivos de la Policía Municipal de Valencia, Policía de Carabobo y Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional, cuando cubrían la manifestación de un grupo de personas en el Comando Policial Navas Spínola en Valencia, que exigía información sobre sus familiares.

Los opositores van a investigar
El Parlamento venezolano, de mayoría opositora, abrirá una investigación por este caso, informó el jefe de la bancada, Juan Guaidó.

El diputado por Voluntad Popular (VP) exigió al gobernador del estado de Carabobo, el oficialista Rafael Lacava, y a la ministra de Asuntos Penitenciarios, Iris Varela, un “pronunciamiento” respecto a “este hecho”.

Asimismo, ayer el dos veces candidato presidencial, Henrique Capriles, utilizó su cuenta de Twitter para preguntar: “¿Cuántas veces más vamos a ver las mismas escenas dantescas con los presos del país?”. Mientras que la exdiputada opositora María Corina Machado demandó que “el Gobierno pretendió ocultar” este crimen.

El diario local El Carabobeño publicó en su página web que las autoridades venezolanas entregaron durante la tarde de ayer 45 cuerpos de los 68 fallecidos.

El rotativo añadió que los cadáveres están siendo entregados en ataúdes. Las autoridades solicitan a los familiares fotos recientes de los detenidos, para reconocerlos y así poder identificarlos.

Según la publicación, aún hay 47 presos que continúan en este edificio y detalló que 24 van a ser trasladados a la cárcel Hombre Nuevo de Tocuyito, 14 hacía el área conocida como la mínima y los otros 9 a la cárcel vieja de Tocuyito.

El motín en el centro de reclusión de la Policía Estatal de Carabobo es uno de los incidentes más graves de este tipo registrados en Venezuela en el último cuarto de siglo.

Este suceso supera los ocurridos en el gobierno de Nicolás Maduro, como el de la cárcel de Uribana, en 2013, con 61 muertos, y el de la Amazonas, en 2017, con 38 personas fallecidas. (I)