La Paz/Brasilia.- Bolivia expresó su “preocupación” a Brasil en una nota diplomática por  la fuga del senador opositor Roger Pinto a ese país, adonde llegó el domingo tras haber permanecido asilado quince meses en la Embajada brasileña en La Paz, informó el canciller boliviano, David Choquehuanca.

En la nota diplomática “expresamos nuestra profunda preocupación por la transgresión del principio de reciprocidad y cortesía internacional”, dijo Choquehuanca.

“Por ningún motivo podía el senador Pinto abandonar el país sin salvoconducto”, protestó el jefe de la diplomacia boliviana.

Con ese acto “se han violado los mecanismos de cooperación que existen entre Estados establecidos en la Convención Interamericana de la Organización de Estados Americanos y la Convención de Naciones Unidas”, agregó.

Según el Gobierno boliviano, Pinto debe responder por 20 denuncias por corrupción en su contra, además de una condena de un año de prisión dictada en junio pasado. Sobre el funcionario pesa una acusación aún más grave: sería responsable de la masacre de 20 campesinos ocurrida en 2009 en Pando, la provincia amazónica de Bolivia.

El funcionario estaba en la Embajada brasileña hace más de un año y había recibido asilo político en Brasil tras declararse perseguido político, pero el Gobierno boliviano se negaba a concederle un salvoconducto para que pudiera salir de la sede diplomática y viajar a Brasilia.

Según versión del encargado de negocios de la legación brasileña en La Paz, Eduardo Saboia, quien habría ayudado a Pinto a huir a Brasil, país que le había concedido asilo diplomático.

Saboia afirmó  que tomó esa decisión personal por razones humanitarias, para ayudar a una persona enferma y que es perseguida política. “Tomé la decisión porque había riesgo inminente de vida y amenaza a la dignidad de una persona”, afirmó el funcionario en declaraciones que concedió a periodistas al desembarcar en la madrugada del domingo en Brasilia, a donde viajó tras ser llamado a consultas.

“Opté por la vida. Opté por proteger a una persona, a un perseguido político, como la presidenta (brasileña) Dilma (Rousseff) fue perseguida”, agregó el diplomático.

Según Saboia, los problemas de salud de Pinto se agravaron tras estar 455 días asilado en la Embajada de Brasilia en La Paz y “no había perspectivas de negociación” para que el Gobierno boliviano lo dejase salir de Bolivia.

El senador boliviano llegó a Brasil el pasado sábado tras abandonar la Embajada de La Paz en un coche diplomático y viajar 22 horas hasta la frontera, escoltado por militares brasileños y al parecer por órdenes de Saboia.

El gobierno del presidente Evo Morales expresó su “sorpresa” frente a la huida, pero señaló que el caso “no afecta la cordial relación entre Bolivia y Brasil”. Mientras que el Ministerio Público (Fiscalía) de Bolivia analizaba ayer posibles acciones legales para lograr el retorno de Pinto al país.

Por su parte, la Cancillería de Brasil informó que verifican las circunstancias en que el legislador boliviano ingresó a su territorio.