Al término de una cumbre de dos días, en el suroeste de Turquía, los líderes del G20 acordaron reforzar las medidas contra “los combatientes terroristas extranjeros”, después de los atentados de París que causaron al menos 132 muertos. Asimismo, pidieron redoblar los esfuerzos para agotar “los canales de financiación del terrorismo” por medio de una mayor cooperación internacional e intercambio de información de inteligencia que lleve a congelar sus fondos.

Mientras que, el presidente ruso, Vladimir Putin, aseguró que entre los 40 países que financian al grupo Estado Islámico (EI) se encuentran varios miembros del G20. “La financiación, como hemos sabido, proviene de 40 países, entre ellos varios países del G20”, dijo Putin al término de la cumbre, en la ciudad turca de Antalya.

Al respecto, subrayó que durante la cumbre se abordó la necesidad de cumplir con la resolución para prevenir la financiación del terrorismo adoptada por el Consejo de Seguridad de la ONU por iniciativa rusa.

También desveló que la delegación rusa presentó en Antalya imágenes captadas desde el cosmos y por aviones en los que “se muestra la magnitud que alcanza el tráfico ilegal de petróleo” por parte de EI.

Se considera que los grandes financiadores del grupo terrorista Estado Islámico han sido Kuwait, Catar y Arabia Saudita. Las élites sunitas de estos países habrían utilizado a EI como punta de lanza contra los rivales chiítas en Irán y la región. Solo después de que el EI empezó a amenazar los intereses de sus propios financiadores estos redujeron la ayuda, dijo Daniel Wagner, jefe de una empresa de análisis de seguridad en Estados Unidos.

La misma Turquía ha jugado un funesto papel, como señaló la cadena DW hace un año. El Gobierno turco de Recep Tayin Erdogan permitió el suministro de armas y víveres al EI y compró a los terroristas petróleo robado en Siria.

Por otro lado, después de la desintegración de Libia, Estados Unidos habría enviado a Siria grandes cantidades de armas a través de Turquía. Ese armamento que habría caído en manos de los terroristas.

El acuerdo

Entre las medidas acordadas por el G20 para cortar el financiamiento al grupo terrorista está pedir al Grupo de Acción Financiera (Gafi) -organismo intergubernamental encargado de la lucha contra el blanqueo de capitales- que identifique nuevas medidas concretas “para fortalecer la lucha contra la financiación del terrorismo y sanciones financieras específicas”. Además, solicita acelerar la aplicación de las recomendaciones y buenas prácticas del Grupo de Acción Financiera para ahogar las fuentes financieras del terrorismo.

Las medidas contra el blanqueo es un elemento fundamental para asfixiar económicamente a Estado Islámico (EI), ya que parte de sus fondos proceden de la explotación de pozos de petróleo en Siria. La revista económica Forbes lo situó como la organización extremista más rica del mundo, con un volumen de ingresos de $ 2.000 millones al año.

El negocio petrolero, los secuestros, el cobro de tributos y extorsiones, así como robos y saqueos, son las principales fuentes de ingresos de la organización terrorista, según Forbes.

“Estamos decididos a hacer frente a esta amenaza mediante la mejora de nuestra cooperación y el desarrollo de medidas pertinentes para prevenir y combatir este fenómeno, incluyendo el intercambio de información operativa, la gestión de fronteras para detectar los viajes, las medidas de prevención y respuesta de la justicia penal correspondiente”, indicaron a través de un comunicado los líderes mundiales.

La canciller alemana, Angela Merkel, expresó en Turquía que “los flujos de dinero de los terroristas” deben ser cortados de raíz. La gobernante se refirió principalmente al Estado Islámico que ha instalado en partes de Siria e Irak estructuras en las que ha implantado impuestos y extorsiones.

“Estamos unidos contra esta amenaza”, declaró el presidente estadounidense, Barack Obama. Nuestra meta (...) es reducir y luego destruir este grupo bárbaro”, dijo al término de la cumbre.

El jefe de Estado francés, Francois Hollande, no asistió a la cumbre, pero su ministro de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, estuvo en su representación. “El mundo entero siente que esto también le puede pasar”, dijo el funcionario al resaltar la necesidad de tomar acciones frente al terrorismo.

Francia reformará leyes

Francia ya había hecho una serie de propuestas, como congelar sus cuentas y confiscar, de inmediato, los activos de los terroristas.

Sin embargo, el presidente François Hollande, fue más allá y anunció ayer una reforma constitucional que mejora las medidas para luchar contra el terrorismo al tiempo que “se protejan las libertades fundamentales”.

Hollande anunció que reforzará “considerablemente” los medios para la justicia y las fuerzas de seguridad, y que las penas vinculadas con el terrorismo serán “endurecidas significativamente”.

Otro anuncio del mandatario francés, durante una sesión especial del parlamento, fue la creación de 5.000 puestos adicionales de agentes de las fuerzas del orden para reforzar la lucha contra el terrorismo. El estado de emergencia se extendería por 3 meses. (I)

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El grupo controla pozos petroleros

¿Cómo se financia el Estado Islámico?

El campo al-Omar (frontera entre Irak y Siria) es un buen ejemplo del control que ejerce Estado Islámico en Siria. Según reseña el Financial Times, este espacio (que pasó a manos de EI en julio de 2014) se ha convertido en uno de los negocios de los yihadistas. El diario cuenta que se forman hasta 6 kilómetros de camiones cisterna que compran petróleo a un precio bajo: entre $ 25 y $ 30 el barril.

Otro campo, el de al-Jibbasa en Hasaka (Siria), le daría a EI unos 75.000 euros al día, según publicaciones de medios internacionales.

A diferencia de otros grupos yihadistas, EI no depende de ‘inversionistas’ o ‘ayuda’ extranjera. Más bien los lugares controlados en Siria han construido una especie de miniestados: colectan impuestos a los dueños de negocios, venden electricidad y exportan petróleo para financiar la milicia.

Se estima que los yihadistas controlan al menos 7 pozos petroleros en Irak y otros 6 en Siria.Debido a que las fronteras de la península arábiga, dibujadas por Francia e Inglaterra tras la Primera Guerra Mundial, son difusas, es más fácil para los contrabandistas sacar el crudo.

Si bien el petróleo en estos campos yihadistas representa apenas el 0,13% de la producción mundial, para EI implica grandes cantidades de dinero.

Hasta ahora de los más de 10.000 bombardeos de la coalición de occidente (comandada por EE.UU. y Arabia Saudita) desde agosto de 2014, menos de 200 han acertado en campos petrolíferos.

En este contexto cuando los líderes mundiales, como Francia o Rusia (hoy aparentemente unidos frente al grupo terrorista) se refieren a cortar el financiamiento de EI, lo ideal, según especialistas, es destruir o recuperar el control de los campos que operan.

El experto militar y de geopolítica Mark Fisher, citado por el portal Vox, explica cómo el Estado Islámico incluso se apoderó de una planta de electricidad y hoy le vende el recurso al propio gobierno.

Otra de las estrategias de los yihadistas es tomar control de las armas en los territorios conquistados.

El mayor cargamento fue adquirido en Mosul en 2014, cuando tomaron la ciudad iraquí. Es decir que los militantes de EI han usado armas que arrebataron al propio Ejército iraquí, estos equipos a su vez fueron dejados por Estados Unidos. Todas estas fuentes de financiamiento han logrado que EI mantenga salarios altos para quienes desean formar parte de la agrupación.

Un artículo publicado del diario The Guardian afirmó que un soldado yihadista cobraba unos $ 500 al mes y otro de mayor rango hasta $ 1.500 mensuales. Esto contrasta con otras milicias que entregan $ 300 al mes. (I)