Kabul.-

El Estado Islámico (EI) reivindicó el ataque de este lunes en Kabul contra la embajada de Irak. Uno de los asaltantes hizo estallar el cinturón de explosivos que llevaba adosado al cuerpo en la puerta de la representación diplomática, lo que permitió a otros tres yihadistas ingresar en el complejo y enfrentarse a tiros con las fuerzas de seguridad que custodian el edificio.

El ataque, que empezó a las 11:10  hora local (06:40 GMT) en el área de Shar-e-Naw, en el centro de la capital afgana, duró cuatro horas y terminó con la muerte de todos los miembros del comando.

Todo el personal de la embajada fue rescatado por la Policía y puesto a salvo, mientras que al encargado de negocios, con rango de embajador, lo evacuaron a la embajada de Egipto, situada junto a la de Irak.

El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Afganistán, Ahmed Jamal, informó que dos guardias afganos murieron durante el ataque, aunque el Ministerio del Interior  confirmó que solo hubo un policía herido. Cifras que contrastan con las del EI que, en su agencia de noticias afín, Amaq, aseguró que el comando abatió a siete guardias de la embajada.

Este atentado se produce una semana después de que los talibanes detonaran un vehículo cargado de explosivos contra funcionarios del Gobierno afgano en Kabul, que causó la muerte de 31 civiles y alrededor de 40 heridos.

Además, el ataque ocurre dos meses después del atentado con un camión cargado de explosivos en la capital que dejó 150 muertos y más de 300 heridos, el más mortífero desde el derrocamiento del régimen talibán en Afganistán por tropas estadounidenses.

La misión de la ONU en Afganistán anunció que en julio el conflicto afgano marcó un nuevo récord de muertes de civiles, con 1.662 fallecidos en los primeros seis meses del año, el 2% más que en 2016.

Desde que empezó a contabilizarse a las víctimas civiles del conflicto afgano en enero de 2009, la ONU informó que murieron 26.500 civiles y hubo 49.000 heridos. (I)