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Crónicas del “Mar Robado”

Crónicas del “Mar Robado”
25 de septiembre de 2015 - 00:00

Desde hace tiempo, Bolivia viene reclamando su derecho a tener salida al mar y esta demanda se ha vuelto visible en los últimos años desde que asumió el presidente Evo Morales al frente del Estado boliviano en 2006, haciéndose notorio este reclamo a nivel internacional que hasta despertó el interés del papa Francisco para mediar en este conflicto.   

En febrero de este año el escritor Eduardo Galeano, en uno de sus últimos gestos hacia la consolidación de la Patria Grande y el respeto de las soberanías nacionales, había recibido en su casa de Montevideo a Evo Morales, quien le entregó el denominado ‘Libro del Mar’, un documento que reúne los argumentos de la nación del altiplano sobre su demanda marítima y le sugirió con brillante verosimilitud que este debía llamarse ‘El Libro del Mar Robado’. La nomenclatura más acertada de lo que significó la usurpación de un pedazo fundamental de su soberanía en una guerra injusta, como otras tantas que hubo en el continente en el contexto de formación de los Estados nacionales y ratificación del proceso de balcanización que comenzara en el siglo XIX.

Esta guerra decimonónica, llamada Guerra del Pacífico (1879-1883), que enfrentó a Chile con la coalición conformada por Bolivia y Perú, tuvo como principal impulso el dominio del salitre y el guano, fuentes de riqueza primaria para el mercado capitalista comandado por Inglaterra que se estaba consolidado por ese entonces. Una guerra que duraría cuatro largos años y cuyo beneficiario fue el capitalista británico John Thomas North, quien se hizo con el control de territorios que habían sido de Bolivia y de Perú tras su derrota, estratégicos en la explotación de salitre que luego exportaría a Europa, convirtiéndose de esta manera en el ‘Rey del Salitre’. La derrota en esta contienda le costaría a Bolivia su salida al mar, dejándola emplazada en el corazón de Sudamérica sin poder tocar las costas del Pacífico. Esto se ha constituido en un reclamo histórico que ya lleva más de una centuria.

El gobierno de Evo Morales llevó esta demanda a los tribunales de La Haya en 2013 tras cumplirse 130 años de la guerra buscando una resolución soberana que le restituya su salida al mar. Ayer la Corte internacional falló su competencia en este caso, en el que Bolivia aspira a que el tribunal interceda para que los dos países se sienten a negociar una salida soberana al Pacífico, contraria a la posición chilena que busca anular a la Corte de toda competencia con el argumento de que es una cuestión de límites anterior a la creación de la Corte y que quedó definida en el tratado de 1904 firmado entre ambas naciones.

Sin embargo, la historia es una historia de reivindicaciones donde la soberanía tiene memoria, y esta se transmite a los pueblos que la habitan para que no exclamen -como dice Galeano- “y… desapareció el mar”. Tragado por el olvido de la guerra. Es aquí donde se activa la memoria. Para que esta porción de la soberanía no desaparezca ni sea olvidada por la historia.

Porque el mar es parte de la soberanía nacional y su reclamo es un acto de justicia histórica. (O)

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