El espacio público más disputado de Brasil, la Avenida Paulista, principal arteria de la ciudad de SaoPaulo, ha sufrido este domingo -con la implementación de una ciclovía- un cambio radical que fue resistido por la oposición conservadora y es la principal bandera de movilidad urbana del alcalde Fernando Haddad, del gobernante Partido de los Trabajadores (PT).

La mayor urbe de Brasil y de América del Sur, donde circulan diariamente unos 7 millones de automóviles, dio el gran salto hacia la tendencia mundial de instalar en lugares claves ciclovías, como en la Avenida Paulista, principal pulmón económico y símbolo del poder industrial y financiero de Brasil.

"Los mismos que están en contra de las ciclovías en Sao Paulo que propone el PT están a favor de ir a andar en bicicleta en Amsterdam o en París", dijo a EL TELEGRAFO José Henrique, un estudiante de ingeniería que este domingo acompañó a miles por la Avenida Paulista en sus 2,7 kilómetros de extensión.

La bicicleteada sirvió en parte para mostrar el apoyo al alcalde del PT en el mismo escenario donde se realizaron en marzo marchas opositoras de la clase media alta de Sao Paulo, el estado más rico e industrializado del país, contra la presidenta Dilma Rousseff.

Desde que asumió el cargo en 2012, Haddad, quien fue ministro de Educación de la gestión Luiz Lula da Silva, con una conquista de más de un millón de jóvenes pobres y negros becados para estudios terciarios, es resistido por los medios opositores y los políticos conservadores por su política de movilidad.

En medio de reclamos de organizaciones no gubernamentales y de la juventud para mejores servicios públicos, Haddad puso en práctica acciones que sus antecesores conservadores rechazaron, como los corredores exclusivos de autobuses y el boleto gratuito para los estudiantes. A la vez, pintó de rojo gran parte de la urbe con 330 kilómetros de ciclovías y redujo la acción de los vehículos particulares.

"Esta política deberia ser abrazada por todos los partidos", dijo el alcalde, un usuario de la bicicleta y defensor de abandonar el automóvil en un país que es el quinto mercado consumidor de vehículos y donde están instaladas la smayores montadoras del mundo.

La ciclovia es una de las banderas de Haddad para intentar la reelección en 2016. El dirigente es uno de los cuadros mejor preparados del PT, que vive un debate interno a raíz de la caída en la popularidad de Rousseff en medio del escándalo de corrupción de la petrolera Petrobras.

Que en la Avenida Paulista, donde está la sede de la Federación de Industrias de Sao Paulo (FIESP) exista una ciclovía "es una acción histórica que debe estimular al resto de Brasil", afirmó Willian Cruz, líder del movimiento "Va de Bike".

"Sao Paulo influencia a otras ciudades. Durante 70 años se le dio prioridad urbana al automóvil. Lo que vemos es que quien está en contra la ciclovía está partidizando la discusión. Algunos medios publicaorn notas equivocadas sobre las ciclovías, es una cuestión de visión de mundo", sostuvo.

Grupos opositores intentaron sin éxito arrojar pintura azul -el color del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) del expresidente Fernando Henrique Cardoso- en la ciclovía que es del color rojo, como la estrella del PT, demostrando, una vez más, que la Avenida Paulista es el gran escenario de la lucha de clases en el gigante sudamericano.